Violencia de género
¿Por qué un padre puede matar a su hijo?
Los trágicos sucesos de la última semana en Moraña (Pontevedra) y en Castelldefels (Barcelona), en los que han perdido la vida cuatro niños a manos de sus padres, han reabierto el debate entre la población y los expertos sobre los motivos que pueden llevar a un progenitor a matar a aquellos que, en principio, más quieren. Las madres, víctimas de un dolor inimaginable, lo tienen claro: «Son monstruos». Así al menos piensa Ruth Ortiz, madre de los pequeños Ruth y José, asesinados por José Bretón, y Bárbara García, a quien su ex pareja, que luego se suicidó, mató a sus dos hijas. En lo que llevamos de año, un total de ocho niños ya han perdido la vida víctimas de sus padres, crímenes que se enmarcan en la violencia de género.
Los últimos casos y los dos que traemos a colación tienen mucho que ver con al violencia de género, con la necesidad de venganza hacia la ex pareja; para causar a ésta el mayor dolor posible, matan a sus hijos. Sin embargo, no son los únicos, pues dentro de lo que técnicamente se conoce como filicidio son hasta cinco los perfiles que identificó en su día el psiquiatra Philip Resnick tras la investigación de cientos de casos: venganza, evitar un mal mayor al menor o un sufrimiento, un hijo no deseado, un filicidio psicótico y el accidental.
Filicidio por venganza o por síndrome de medea
El más atroz y literario, porque lleva el nombre de la tragedia de Eurípides. Busca el dolor de la pareja o expareja arrebatándole a sus niños, para atacarla donde más le duele como en estos últimos casos. Es uno de los más comunes en nuestro país y, sobre todo, el que mayor repercusión social tiene. De hecho, ocho niños han muerto este año a manos de sus padres en Rincón de la Victoria (3 años), Torrevieja (10 años), Villajoyosa (7 y 14 años), Moraña (4 y 9 años) y Castelldefells (7 y 10 años). Llaman mucho la atención estos crímenes, y, según la Sociedad Española de Pediatría Social, «el filicidio, el asesinato de niños por su padre, lamentablemente forma parte de la historia de la humanidad desde tiempo inmemorial. No sólo la historia, sino también su expresión simbólica, la leyenda, nos muestra múltiples instancias. Desde Saturno devorando sus hijos, hasta Abraham compelido a degollar a su hijo Isaac, hasta Medea la infanticida».
Filicidio de tipo altruista
Es aquel en el que la madre, el padre o ambos pretende proteger al hijo de algún mal concreto, por lo que cree que acabar con su vida es lo mejor. El progenitor o ambos progenitores, que suelen enfrentarse algún proceso depresivo, suelen suicidarse. En este caso podría encuadrarse el suceso de principios del mes de julio en Les Cabanyes (Barcelona), donde un matrimonio acabó con la vida de su hija, que sufría una enfermedad psiquiátrica, y luego se suicidió. De hecho, las muertes estaban planificadas, pues los padres dejaron por escrito todo lo que iban a hacer. En sucesos de este tipo, aunque no es el caso del de Les Cabanyes, también puede tener mucha importancia la situación económica de la familia.
Filicidio psicótico agudo
Está asociado a delirios y trastornos psíquicos que el agresor no puede explicar. Según los expertos, esta categoría es la más débil de la clasificación de Resnick, pues los motivos no pueden ser analizados por los investigadores. En general, se engloban en esta definición aquellos asesinatos que se realizaron por impulsos afectivos que se traducen en violencia, en este caso, contra el hijo propio.
Filicidio del niño no deseado
Los progenitores, aunque en este caso es la madre la implicada en más casos, se deshacen del niño porque éste no era deseado. Este crimen suele cometerse al principio de la vida del niño. En este tipo de filicidio se encuadraría la madre que el pasado mes de julio abandonó a su hijo en un contendor. Al parecer, la mujer se agobió tanto por la responsabilidad de atender a un hijo más que decidió deshacerse de él, aunque en este caso, gracias al trabajo de la Guardia Civil, consiguieron rescartarlo con vida al oír sus llantos.
Filicidio de tipo accidental o de niño zarandeado
Estos asesinatos surgen de los malos tratos a los hijos y aunque no buscan la muerte del menor, la violencia que ejercen contra ellos termina con su vida. Es uno de los motivos con más casos. Los que cometen este tipo de filicidio suelen estar sometidos a altos niveles de estrés, manifiestan habitualmente comportamientos violentos y no suelen lograr apoyo en los demás.
Analizados las principales causas por las que un padre o una madre puede acabar con la vida de sus hijos, Timothy Mariano, doctor del departamento de Psiquiatría y Comportamiento Humano de la Universidad de Brown, en Providence (Estados Unidos), reconoce que «estamos ante un fenómeno complejo con numerosas influencias y que solo se ha comprendido de manera parcial» después de realizar un estudios que su centro ha realizado en el país en los últimos 32 años.
El análisis, realizado conjuntamente con otros dos investigadores, concluye que el 15% de los homicicios en Estados Unidos –unos 3.000 cada año– son filicidios. En España, sólo los menores muertos por violencia de género ya ascienden a 44 en la última década, según la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, a los que habría que añadir los demás tipos de filicidios.
Según la investigación del doctor Timothy Mariano, los niños corren un mayor riesgo de morir cuando son bebés, pues un 10% de los filicicios suelen ocurrir en la primera semana de vida, mientras que un tercio ocurren en el primer año de edad. En este caso, muchos de ellos se producen al ser el nuevo hijo no deseado. Sobre los agresores, el informe refleja que el número de padres que llevan a cabo estos atroces asesinatos es igual que el de las madres, a pesar de que este tipo de crímenes siempre se hayan asociado a la mujer. «Es un hallazgo sorprendente y no habíamos visto nada parecido antes».
El experto de la Universidad de Brown concluye que aunque las investigaciones recientes no pueden explicar con toda claridad por qué un padre decide matar a la persona que tiene que proteger, tanto la clasificación realizada por Phillip Resnick como el estudio que él mismo ha realizado es «la mejor explicación posible hasta la fecha».
En cualquier caso, tanto expertos como víctimas reclaman a las autoridades que pongan sus esfuerzos en investigaciones para «identificar a aquellas personas que son susceptibles de cometer un acto de estas características» para poder actuar desde la prevención y evitar así que los menores queden expuestos como ha sucedido en Moraña o Castelldefels. Las víctimas así lo reclaman y la sociedad también.
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