Hito médico
Primer trasplante de ojo completo de la historia
Un cable de alta tensión de 7.200 voltios tocó la cara del norteamericano Aaron James en el año 2021, la desfiguró y atravesó su ojo izquierdo
Imaginen perder un ojo y parte de la cara en mitad de la jornada laboral. En plena noche, cuando está trabajando en el tendido eléctrico, calcula mal la distancia con un cable de alta tensión que acaba tocando su cara. Le electrocuta y cae inconsciente. 7.200 voltios acaban de atravesar su ojo izquierdo y buena parte de su rostro. Eso es exactamente lo que en 2021 vivió Aaron James, un veterano de Arkansas de 46 años.
Su mujer, Meagan James, recibió una llamada en aquel mismo instante. Un desconocido asustado balbuceaba palabras casi ininteligibles. De entre todas ellas, Meagan pudo reconocer apenas tres: «Aaron», «accidente» y «grave».
Tras ser ingresado en la unidad de quemados, y todavía inconsciente, su hija Allie pudo hacerle una visita que quedó grabada en su pupila: «Cuando lo vi tenía expuesto el hueso de la mandíbula. […] Podía ver la cuenca del ojo y todo. Estaba viendo su cráneo, y creo que esa fue la parte que me dio miedo. Fue como ‘Dios mío, su cara ha desaparecido’ […] Mis mayores preocupaciones eran cómo iba a estar cuando despertara y fuera consciente».
Sin embargo, la fortuna de Aaron dio un giro inesperado. Tan solo dos años después del accidente, en febrero de 2023, el veterano entró en la lista de posibles receptores para el primer trasplante completo de ojo y parcial de cara de la historia y, ahora, tras un año, al fin podemos decir que ha sido un éxito.
La primera vez
Hasta el caso de Aaron, nunca se había trasplantado un ojo completo. Los trasplantes de partes de un ojo, como la córnea, ya existían, pero no se había implantado en una persona el globo ocular de otra. Sin duda, el procedimiento (aparte de un éxito) fue todo un hito médico. El equipo estuvo compuesto por 140 cirujanos y la operación duró 21 horas, dos cifras que retratan la complejidad del proceso. En cualquier caso, entre tantos profesionales sanitarios quien llevó la batuta fue el doctor Eduardo Rodríguez, director del Programa de Trasplante Facial en NYU Langone Health. El doctor ya había realizado cuatro trasplantes faciales, por lo que tenía experiencia en casos similares.
No obstante, la situación inicial era grave. En palabras de Aaron: «Ella me hizo una foto, giró el teléfono hacia mí y yo solo pude pensar, ‘Dios mío, esto es un problema serio». El doctor Rodríguez estaba sorprendido de que Aaron hubiera sobrevivido a un accidente así. «Verlo caminar cuando estaba completamente al borde del abismo en el hospital –fallo multiorgánico, tubo respiratorio, preguntándonos si lo iba a lograr, si tendría daño neurológico– y verlo sin ninguna de esas secuelas es muy impresionante», dijo Rodríguez. En su momento, el doctor solo le propuso a Aaron un trasplante de cara, pero entonces su estado empezó a complicarse. El ojo izquierdo le empezó a doler y, al ver la evolución, el equipo médico que le seguía en Texas decidió extirparlo.
Fue entonces cuando Rodríguez le sugirió ampliar el trasplante para incluir el globo ocular. El doctor fue muy claro, le explicó que probablemente no recuperara la visión jamás, pero podía ponerle un ojo que ocupara el lugar del antiguo. «Esa es realmente mi mayor esperanza», dijo Aaron. «Si puedo ver con él, genial. Pero si esto inicia el próximo camino en el campo médico, entonces estoy totalmente de acuerdo».
De hecho, así ha sido. Un año después, el ojo sigue sin haber recuperado la visión y, aunque no podemos descartar que vuelva al menos un poco con el tiempo, lo que sí podemos celebrar es que el cuerpo de Aaron ha aceptado el ojo, que intercambia perfectamente sangre con el resto del organismo, manteniendo sanos los tejidos.
Puede parecer que trasplantar un ojo para no devolver la visión es algo absurdo. A fin de cuentas, hay prostéticos bastante aparentes. Sin embargo, estos cuerpos extraños tienen algunos efectos secundarios: se acumulan restos secos de mucosidad, puede producir ojos secos o llorosos, fomenta infecciones y puede asociar complicaciones durante el resfriado. Complicaciones que, en principio, con un ojo real, Aaron no tendrá que sufrir.
La novedad
Lo cierto es que la noticia es prácticamente igual a la que se anunció hace un año pero la diferencia es sutil. Y es que, ahora, el equipo médico ha podido publicar los resultados en la revista «JAMA Network» convirtiendo el documento en el primer informe de un trasplante de ojo completo. En el artículo constan los detalles acerca de la evolución de Aaron tras la operación, estableciendo una buena base para futuras investigaciones.
En palabras del mismo doctor Rodríguez, «aunque el receptor no ha recuperado la visión, el ojo trasplantado ha mantenido una presión normal, buen flujo sanguíneo y alguna estructura y función remanente en la retina […] Hemos logrado trasplantar y mantener un ojo sin rechazo inmunológico. […] Ahora, el próximo desafío es entender cómo restaurar la vista».
El caso anterior había sido el de Katie Stubblefield, del estado de Ohio, que tenía solo 18 años cuando resultó gravemente herida por una bala que se disparó a sí misma. En el hospital le salvaron la vida, pero su rostro quedó completamente desfigurado. En agosto pasado recibió una cirugía reconstructiva.
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