Verano
Qué infecciones podemos contraer en las piscinas
Muchas personas desconocen que estos espacios acuáticos también pueden albergar peligros para la salud
En plena temporada de verano, miles de personas acuden diariamente a las refrescantes piscinas para combatir el calor y disfrutar de una de las actividades preferidas en esta temporada. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que estos espacios acuáticos también pueden albergar diversos peligros para la salud. Las infecciones asociadas al uso de piscinas son un tema que merece una atención especial, y estas son las más comunes.
Infecciones por bacterias
Las piscinas pueden ser el caldo de cultivo perfecto para una amplia variedad de bacterias. Estas bacterias pueden causar infecciones gastrointestinales, infecciones de la piel, oídos y ojos, así como problemas respiratorios si se inhalan.
Infecciones por virus
Los virus también pueden propagarse rápidamente en el agua de la piscina. El norovirus, por ejemplo, es una causa común de gastroenteritis, y se puede contraer al tragar agua contaminada. Otros virus como el adenovirus y el virus del papiloma humano (VPH) también pueden ser transmitidos a través del contacto con superficies o personas infectadas en la piscina.
Infecciones por hongos
Los hongos pueden sobrevivir en ambientes húmedos como las piscinas y se transmiten fácilmente a través del contacto directo con superficies o personas infectadas.
Conjuntivitis infecciosa
Comúnmente conocida como conjuntivitis o "ojo rojo", esta infección altamente contagiosa puede propagarse en las piscinas debido al contacto con el agua y objetos contaminados.
Infecciones del oído
La otitis externa, también llamada "oído de nadador", es una infección común del canal auditivo causada por la humedad atrapada en el oído después de nadar en aguas contaminadas.
Para reducir el riesgo de contraer infecciones en las piscinas, es fundamental seguir ciertas medidas de precaución, tanto para los bañistas como para los administradores de las instalaciones:
- Darse una ducha antes de entrar a la piscina para reducir la cantidad de gérmenes presentes en la piel.
- No tragar agua de la piscina y evitar sumergir la cabeza si es posible.
- No orinar ni defecar en la piscina.
- Usar pañales para bebés y asegurarse de cambiarlos en un área designada, no al lado de la piscina.
- Mantener una buena higiene personal y lavarse las manos después de usar el baño o cambiar pañales.
- Asegurarse de que la piscina cuente con un sistema de filtrado y tratamiento de agua adecuado y que se realicen pruebas periódicas de calidad del agua.
- Evitar nadar si se tiene una infección o herida abierta.
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