Salud

«En EPOC hemos ganado años de calidad de vida para nuestros pacientes»

José Luis Izquierdo Alonso, jefe del Servicio de Neumonía del Hospital de Guadalajara, Fue elegido el mejor neumólogo de 2022 por sus colegas de especialidad

José Luis Izquierdo Alonso
José Luis Izquierdo Alonso, jefe del Servicio de Neumonía del Hospital de GuadalajaraLa Razón

Los miembros de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica, a través de la Fundación Neumomadrid, le han nombrado «Neumólogo del Año 2022». Reconocen así las más de tres décadas que lleva dedicado a la Neumología y, concretamente, a la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) desde cualquiera de sus vertientes: la docencia, la investigación y la asistencia sanitaria.

¿Qué cualidades diría que le han hecho merecedor este galardón?

Para la concesión de este premio se ha valorado el proyecto que hemos implementado en los últimos 25 años en el Hospital Universitario de Guadalajara entre todas las personas que formamos parte del Servicio de Neumología, una unidad pequeña, pero con un amplio recorrido docente e investigador y con un equipo muy preparado. De hecho, tenemos líneas de trabajo muy competitivas tanto a nivel nacional como internacional en los ámbitos de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), el asma, el síndrome de la apnea de sueño y en técnicas de ventilación dentro del campo de la Neumología. Yo, concretamente, me he dedicado más a la EPOC y, últimamente, vinculada a temas de inteligencia artificial.

¿Por qué decidió investigar en el ámbito de la EPOC?

La EPOC es una enfermedad con un impacto social, económico y sanitario de primera magnitud. Afecta al 12% de la población mayor de 40 años y constituye la cuarta causa de muerte en todo el mundo. Pero, además, lleva años siendo la patología más frecuente de ingreso hospitalario, lo que implica unos gastos sanitarios muy importantes.

¿Cómo ha evolucionado el perfil del paciente en estos 30 años?

En mis clases y ponencias siempre pongo el mismo ejemplo: cuando yo era médico residente en el Hospital Gregorio Marañón teníamos 100 camas en la zona de hospitalización para pacientes respiratorios y, a partir de octubre-noviembre, 80 de esas camas estaban ocupadas por pacientes de 50 o 55 años con EPOC muy malitos. Eso ya no existe. Ahora, los pacientes ingresan menos y el perfil es otro: son pacientes de 70 u 80 años con EPOC y otras comorbilidades. Eso significa que, con los tratamientos y los cuidados, hemos cambiado totalmente el perfil de la enfermedad. Hemos ganado años de buena calidad de vida para nuestros pacientes.

El escenario ha cambiado drásticamente pero, ¿aún tenemos margen de mejora? ¿Diría que la prevención sigue siendo un reto?

Si mejorásemos la parte preventiva, focalizándonos en la salud respiratoria en vez de hacerlo en la enfermedad, no solo conseguiríamos que aumentase la edad a la que ingresan estos pacientes y que estos ingresos fueran debidos a otras patologías. También se reducirían los ingresos hospitalarios y la mortalidad. La salud respiratoria tiene un primer objetivo, que es dejar de fumar.

En la parte de investigación estamos sufriendo un cierto estancamiento. Ahora, el gran reto es buscar fórmulas para gestionar mejor el manejo de estos pacientes.

La clave no está tanto en la investigación más básica, sino en programas de mejora de la atención a los pacientes porque hay grandes deficiencias que es necesario mejorar. Y esta enfermedad tiene una entidad económica, social y sanitaria tan importante que, cualquier iniciativa que mejore, aunque sea parcialmente, la calidad de los cuidados que reciben estos pacientes, va a tener un impacto enorme.

El neumólogo ha tenido un papel capital durante la pandemia, ¿qué enseñanzas ha extraído usted?

Hemos aprendido a valorar y priorizar mucho más los aspectos reales y humanos de los pacientes. Por eso, en el caso de la EPOC, hay que mejorar la estrategia de salud y de los cuidados del paciente. La segunda enseñanza es que los médicos debemos adquirir la conciencia de que las nuevas tecnologías nos pueden ayudar mucho como apoyo a la atención presencial. Y, en tercer lugar, hemos aprendido que debemos personalizar los cuidados. En este sentido, han cobrado importancia las Unidades de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI). Estas UCRI son clave para evitar una yatrogenia en unidades donde hay una gran invasividad y para dar un tratamiento más específico que no se estaba dando en las zonas tradicionales de hospitalización.

Y es que, para un determinado tipo de pacientes es más beneficiosa una UCRI que una Unidad de Cuidados Intensivos porque no son candidatos a intubar o a ventilar.

Además de los virus o el envejecimiento de la población, el cambio climático es un desafío al que ya se tendría que estar enfrentando la Neumología. ¿Qué se está haciendo?

El cambio climático es una preocupación de primera magnitud porque el primer órgano que se daña debido a factores como la contaminación es el sistema respiratorio. Como médicos, estamos adquiriendo un papel concienciador para introducir cambios.

Ya hay estrategias concretas para evitar contribuir con los efectos nocivos que ponen en riesgo la salud de nuestro planeta. Por ejemplo, nosotros utilizamos una medicación inhalada y hay dispositivos que tienen un impacto negativo en la capa de ozono más importante de lo que la gente piensa. Por lo que se está avanzando en la creación de sistemas que no produzcan esta huella.