Sucesos
Rabat tardó 40 horas en autorizar la ayuda española
Compañeros de los espeleólogos prestaron material a la Gendarmería.
¿Llegó tarde el operativo español a Marruecos? Lo cierto es que todo estaba a punto para que el avión del Cuerpo Nacional de Policía, en el que finalmente iban a bordo tres agentes del Servicio de Montaña de la Guardia Civil y tres agentes de los Grupos Especiales de Operaciones (GEO), partiera la noche del viernes. Tal como explicaron fuentes del Ministerio del Interior a este diario, el Gobierno Marroquí declinó la ayuda española en el mismo momento en el que avistó a los montañeros españoles, aludiendo que contaba con «medios suficientes» para acometer el rescate. Finalmente, las autoridades marroquíes cambiaron de opinión y solicitaron ayer la asistencia de Interior. Así, el avión despegó a las 13:10 horas, alrededor de 40 horas después desde que el Gobierno español ofreciera su ayuda. No hay que olvidar asimismo que los compañeros de los españoles accidentados denunciaron su desaparición a los gendarmes el pasado martes.
El operativo español aterrizó en Ouarzazate en torno a las 18:15 hora local. Tras un pequeño «briefing» con los gendarmes marroquíes, en el que evaluaron la situación, se desplazaron en helicóptero hasta la localidad de Imlil, donde el equipo de rescate estableció su campamento base. Fuentes de Interior aseguraron a LA RAZÓN que el operativo español estaba «preparado para trabajar durante la noche» de ayer, algo que se produciría si no había complicaciones, como la espesa niebla. Estas no se produjeron, después de que se confirmara el rescate del único superviviente, Juan Bolívar.
Los espeleólogos españoles se encontraban en una pared del cañón de Ouandrás, y estaban en torno a 2.300-2.400 metros de altitud, donde establecieron un campamento al aire libre. Las dificultades a las que se enfrentaron eran numerosas. Aparte de las heridas que presentaban dos de ellos tras caer varios metros al vacío, también debían hacer frente a la hipotermia. «A esa altitud, las cumbres están nevadas. Todo depende de que encontraran un lugar seco y resguardado», explica a este diario José Enrique Sánchez, de la Federación Andaluza de Espeleología.
Además del rescate de Bolívar y de los dos cadáveres, conocido a última hora de ayer, se produjeron el sábado dos intentos fallidos por parte de la Gendarmería marroquí. El primero de ellos pretendía acceder a la expedición a través de un helicóptero, algo imposible por la orografía de la zona. En el segundo, intentaron llegar a los espeleólogos descendiendo el río torrencial que atraviesa el cañón. Sin embargo, toparon con un muro de piedra que dificultaba el acceso. Ayer estaba previsto que el rescate final se acometiera a través de una cordada, por la cual debían descender entre 200 y 300 metros el equipo de rescate y las camillas a través de un sistema de poleas y cuerdas.
Parece evidente que, hasta la llegada del operativo español, la Gendarmería no había contado con el equipo adecuado para acometer la misión. Compañeros de los expedicionarios accidentados que se encontraban en la zona comentaron que trabajaban con equipación «de hace 20 años». De hecho, Sánchez afirma que un espeleólogo español «les prestó una cuerda de escalada de 50 metros. Es cierto que hoy –por ayer– ha llegado un avión militar con bastantes cajas. Sin embargo, el sábado no contaban con material suficiente». Es más: la Federación Andaluza de Espeleología ofreció hasta el último momento su ayuda a Marruecos: un total de 35 personas, entre ellos una médico experta en atender a heridos a esas profundidades. Al final, como afirma Sánchez, obtuvieron el compromiso de que su médico examinaría a los espeleólogos.
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