España
El tabaco mata a 53.000 personas al año en España
Los efectos del tabaco en la población española son equivalentes a dos accidentes a la semana de un avión como el Airbus 380 con todos sus pasajeros muertos, hasta completar los 53.000 fallecidos al año por las seis enfermedades relacionadas directamente con fumar.
Así lo explica Antonio Torres Lana, coordinador de la Unidad de Tabaquismo de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias en una de sus charlas dentro del plan de prevención.
Por cada persona que fallece por el consumo de drogas ilegales hay veinte muertos por accidente de tráfico, pero 170 por los efectos del tabaco, que además supone el 15 por ciento del gasto sanitario.
"No hay comparación. Hay cosas que se admiten, como las muertes por el tabaco, y otras que no: si un Airbus 380 se estrella, al segundo ya no lo dejamos despegar".
Torres Lana explica que siempre es un buen momento para dejar de fumar, y aunque sólo el adicto puede dejarlo, tiene a su disposición tratamientos psicológicos y farmacológicos para ayudar que multiplican las posibilidades de éxito por dos y hasta por tres.
Un fumador al uso que consume un paquete diario pasa 160 minutos al día inhalando humo y 973 horas anuales, lo mismo que si fumara 61 días seguidos, desde el 1 de enero al 2 de marzo de cada año.
Aunque en el envase no se informa al consumidor de tabaco de sus "ingredientes", un cigarrillo tiene 4.500 sustancias diferentes.
Entre ellas hay metales tóxicos -como el cadmio y el níquel, que se usan para hacer pilas-, gases venenosos -como el amoniaco, el butano y el ácido cianhídrico- y sustancias cancerígenas, entre ellas también radiactivas, como el polonio 210.
El contenido de polonio 210 de cada cigarrillo es bajo, pero cuando se suman uno a otro en el caso de un fumador al uso de un paquete al día, equivale a entre 250 y 300 radiografías de tórax en un año.
En todo el mundo, cinco millones de personas mueren al año por fumar, la mitad de ellos con edades de entre 45 y 65 años.
Eso lleva a que aunque el tabaquismo en España afecta aproximadamente al 27 por ciento de la población, entre los mayores de 65 años ese porcentaje apenas supera el 10 por ciento.
"No es que los mayores de 65 hayan dejado de fumar, es que muchos de los que fumaban ya se han muerto", dice Antonio Torres Lana para advertir de la gravedad del problema.
"La mitad de las personas que fuman, si no lo dejan, morirán por el tabaco", añade.
La esperanza es que en cuanto una persona abandona el tabaco no sólo deja de introducirse tóxicos en el cuerpo, sino que empieza a reducir los que ha acumulado, con lo que disminuye los factores de riesgo.
Antonio Torres Lana incide en la importancia de que los fumadores se informen en sus centros de salud de los diferentes tratamientos disponibles.
Pero también subraya la trascendencia de la legislación en la reducción del consumo, como ha sucedido en España con la Ley antitabaco de 2010.
En su opinión, es una barbaridad el intento que hay para rebajar las limitaciones al consumo de tabaco en lugares públicos como consecuencia del proyecto de Eurovegas, porque se trata de la vida de las personas.
"Ese debate ya está cerrado en España, la mayoría de la población está de acuerdo, incluso los fumadores", y el sector de la hostelería ha comprobado que la ley no les ha perjudicado.
Otro factor crucial es el precio, que tiene una relación directa en el consumo, y en el caso de España, en su opinión, es "extremadamente barato".
Elevar el precio del tabaco un 10 por ciento reduce el consumo un 4 por ciento, porque impide que los jóvenes accedan tan fácilmente a él, además de que los que han dejado de fumar tienen un aliciente más para no recaer.
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