Estudio

El sencillo método para reducir la inflamación crónica y prevenir las enfermedades cardiovasculares o el cáncer

Controlar las respuestas inmunes de nuestro cuerpo es clave en el desarrollo de enfermedades. Una nuevo estudio demuestra los beneficios de la naturaleza para la salud

Joven disfrutando de la naturaleza
Joven disfrutando de la naturalezaDreamstime

Tres de cada cinco personas en todo el mundo mueren a causa de una enfermedad relacionada con esta inflamación, lo que supone una clara señal de alerta. Cuando funciona correctamente es una medida beneficiosa, porque protege el cuerpo de los agentes externos. Por ejemplo, cuando tienes gripe y la temperatura del cuerpo sube para combatir el virus o la hinchazón que ocurre cuando te tuerces el tobillo. Sin embargo, la inflamación crónica es un trastorno progresivo causado por un error del sistema inmunitario que mantiene el cuerpo en un estado prolongado de alerta máxima constante.. Con el tiempo, la inflamación daña las células saludables y puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, neurológicas, o cáncer, entre otros. Muchas investigaciones han relacionado vivir cerca de la naturaleza con una mejor salud física y mental, pero un nuevo estudio de la Universidad de Cornell en Estados Unidos ha vinculado el disfrute de la naturaleza con ese proceso biológico.

El trabajo dirigido por Anthony Ong, profesor del Departamento de Psicología y director del Centro de Ciencias del Desarrollo Integrativo de la Facultad de Ecología Humana, ha demostrado que un contacto positivo más frecuente con la naturaleza se asociaba con niveles más bajos de tres indicadores diferentes de inflamación."Al centrarse en estos marcadores de inflamación, el estudio proporciona una explicación biológica de por qué la naturaleza podría mejorar la salud, mostrando particularmente cómo podría prevenir o controlar enfermedades relacionadas con la inflamación crónica, como las enfermedades cardíacas y la diabetes", ha señalado. La investigación, que ha sido publicada en 'Brain, Behavior, and Immunity', también estuvo impulsada por la curiosidad del investigador. "Parte de esto se ha inspirado en el lugar, estar aquí en Ithaca y estar rodeado de naturaleza. Crecí en Los Ángeles, donde la gente vive en sus automóviles y en el tráfico. Entonces, para mí, el estudio realmente intentaba responder a la pregunta: '¿Cuáles son los beneficios de la naturaleza para la salud?'".

El equipo utilizó para su estudio la segunda ola de la encuesta Midlife de EEUU, un estudio longitudinal sobre la salud y el envejecimiento en los Estados Unidos. La primera ola de la encuesta se llevó a cabo en 1994-95, la segunda diez años después. El análisis de Ong se centró en un subconjunto de individuos (1.244 participantes, 57 por ciento mujeres, con una edad media de 54,5 años) que participaron en un estudio de biomarcadores durante la segunda ola, en el que se les evaluó su salud física y se les proporcionó una evaluaciones biológicas integral a través de un examen físico, análisis de orina y de sangre. Se preguntó a los participantes con qué frecuencia estaban en la naturaleza y cuánto disfrutaban de ella. "No se trata sólo de la frecuencia con la que la gente pasa tiempo al aire libre, sino también de la calidad de sus experiencias", dijo Ong, admitiendo que él mismo a veces es culpable de no estar plenamente presente en la naturaleza. El experto recordó un día cálido reciente mientras navegaba por Beebe Lake mientras con su teléfono, lo que le impidió disfrutar de la experiencia al aire libre. "Me di cuenta de que físicamente estaba en un hermoso entorno natural, pero mentalmente estaba en otra parte", dijo Ong. "Fue un recordatorio de que necesito estar más atento y comprometido cuando estoy en la naturaleza, para realmente disfrutar de los beneficios".

Los investigadores midieron las concentraciones de tres biomarcadores de inflamación: interleucina-6 (IL-6), una citocina estrechamente implicada en la regulación de los procesos inflamatorios sistémicos; Proteína C reactiva, que se sintetiza en respuesta a la estimulación de IL-6 y otras citoquinas; y fibrinógeno, una proteína soluble presente en el plasma sanguíneo. También se realizaron modelos de ecuaciones estructurales para encontrar asociaciones entre la exposición a la naturaleza y los tres biomarcadores. Incluso al controlar otras variables como la demografía, los comportamientos de salud, la medicación y el bienestar general, Ong afirmó que su equipo encontró que los niveles reducidos de inflamación se asociaban consistentemente con un contacto positivo más frecuente con la naturaleza. "Intentamos deshacernos de este hallazgo controlando una serie de factores, pero no pudimos deshacernos de él. Así que este es un hallazgo bastante sólido. Y es este tipo de nexo entre exposición y experiencia: sólo cuando tienes ambas, cuando te involucras y disfrutas de ello, ves estos beneficios". Según Ong, la clave es estar atento y disfrutar del mundo natural. "Es bueno recordarnos que no se trata sólo de la cantidad de naturaleza, sino también de la calidad".