Criminalidad
¿Sospechoso o chivo expiatorio en el caso de Madeleine McCann?
Las autoridades portuguesas sospechan de un ex empleado del Ocean Club, cuyo rostro no tiene nada que ver con el retrato robot de Scotland Yard
La desaparición de Madeleine McCann sigue dando giros insospechados. Después de que la policía portuguesa reabriera el caso cinco años después de su archivo, las informaciones siguen siendo contradictorias y enredan aún más, si cabe, el caso y complican notablemente su aclaración. La semana pasada, los investigadores anunciaban que el sospechoso del secuestro y posterior asesinato de "Maddie"era un ex empleado de la urbanización Ocean Club, en Praia da Luz, porque su teléfono móvil le situaba el día de la desaparición de la pequeña británica cerca de los apartamentos de los MCCann. Además, añadieron que el sospechoso, de origen africano, habría cometido el crimen para dañar la imagen del Ocean Club, que le había despedido unos meses antes.
Hasta ahí, todo puede parecer normal, pero lo cierto es que la imagen del presunto autor de la desaparición no tiene nada que ver con el retrato robot distribuido por Scotland Yard con anterioridad. La policía metropolitana indicó que se trataba de un hombre de 20 a 40 años y de raza blanca. Ahora, en cambio, los investigadores portugueses apuntan a Euclides Monteiro, un ex presidiario que tenía pendiente una orden de extradición, que fue indultado por el presidente de Portugal y que falleció hace cuatro años en un accidente de tractor.
Con el paso de los días, se han ido conociendo más detalles de Monteiro. Según revela hoy el "Mirror", Monteiro era drogadicto y ex presidiario, fue despedido un año antes de la desaparición de "Maddie"por entrar a robar en las habitaciones de los huéspedes para alimentar su adicción a la heroína. De hecho, el diario británico logró hablar con Nelson Rodrigues, de 32 años, un barman y camarero del Ocean Club que coincidió con Monteiro en 2006. "A primera vista era un buen tipo, pero había algo raro en él. "Llegaba a trabajar con los ojos legañosos y a veces parecía que no estaba allí. "Además, en esa época empezaron a desaparecer cosas como ordenadores portátiles, joyas o teléfonos móviles", dijo. Rodrigues explicó que llamaron a la Policía después de que fuera acusado formalmente de ser el responsable de los robos, pero los agentes no encontraron nada. Sin embargo, un oficial de Policía nos reunió a los que trabajábamos allí y nos dijo que Monteiro no era de fiar y que había tenido problemas en el pasado y se le había relacionado con varios delitos de drogas", añadió.
Esta versión podría resultar creíble si no he hubiera recuperado un retrato-robot descartado hace cinco años por los investigadores y que volvió a hacer público Scotland Yard. Un amigo de Monteiro, un constructor de Lagos, reconoce que "era un esclavo de la heroína y a veces entraba en los apartamentos a robar. Monteiro vivía en Lagos, a 15 minutos de Praia da Luz, lugar en el que un expatriado británico, George Burk declaró a la Policía que a las seis de la mañana del día siguiente a la desaparición de Madeleine vio a una niña que se parecía mucho a la hija de los McCann en la carretera del puerto de Lagos.
En cambio, los familiares del sospechoso están convencidos de que han utilizado a Monteiro como chivo expiatorio. Su hermana Paula, dijo a "Mirror"que "es ridículo porque el retrato robot habla de un hombre blanco y mi hermano era negro. Amaba a los niños, tenía un niño y una niña y nunca le hubiera hecho daño a un menor".
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