
"The New York Times"
La tecnología no frena la violencia de género
La última víctima confirmada el martes suma
29 mujeres muertas en lo que va de año

Diversos estudios a partir de estadísticas oficiales indican que la aplicación de las nuevas tecnologías no está consiguiendo frenar la violencia de género, que con una última víctima confirmada este martes en Valladolid suma 29 mujeres muertas en lo que va de año.
Desde 2003 han muerto a manos de sus cónyuges o exparejas más de 1.200 mujeres. El año pasado, el número de mujeres víctimas de violencia de género aumentó un 12,1% con respecto a 2022, como recoge Servimedia.
«An Algorithm Told Police She Was Safe. Then Her Husband Husband Killed Her» es el título de una crónica de «The New York Times», firmada por Adam Satariano y Roser Toll Pifarre, que aborda la violencia de género en España y las supuestas bondades de VioGén, algoritmo utilizado por el Ministerio del Interior desde 2007 para realizar una evaluación sobre si una mujer víctima de violencia de género corre el riesgo de volver a sufrir algún tipo de maltrato. El texto relata un caso de 2022, en el que una mujer, tras haber sido catalogado su caso de bajo riesgo, murió apuñalada hasta la muerte por su marido.
Según cifras del Ministerio del Interior, a 31 de julio de 2024 sobre el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (Sistema VioGén), que recoge datos de Policía Nacional, Guardia Civil, Policías Autonómicas y Locales, en España hay 95.203 casos activos. El sistema no apreció riesgo en 37.280 registros y percibió un riesgo bajo en 41.972. La suma de ambos supuestos (79.252) representa el 83%.
El artículo incide en que el 8% de las mujeres que el algoritmo determinó que estaban encuadradas en un riesgo insignificante y el 14% en riesgo bajo, informaron haber sido atacadas de nuevo. La investigación de «The New York Times» señala que 55 mujeres asesinadas habían sido calificadas por VioGén como de riesgo insignificante o bajo.
Un estudio realizado en 2022 por la Fundación Éticas, especializada en auditoría algorítmica, y la Fundación Ana Bella, una red de mujeres supervivientes de la violencia machista, mostró fallos en el proceso, que comienzan en un primer momento, con el cuestionario que tienen que completar las víctimas, como la falta de transparencia o la dificultad para responder en un contexto emocional nada apropiado.
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