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20 peticiones por minuto para borrarse de Google

20 peticiones por minuto para borrarse de Google
20 peticiones por minuto para borrarse de Googlelarazon

El buscador más utilizado en el mundo no ha tardado ni dos semanas en tomar nota de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TJUE): Google ya ha puesto en marcha un formulario por el que los europeos pueden ejercer su «derecho al olvido». Aunque es necesario rebuscar un poco en la página del buscador, ofrece la posibilidad de rellenarlo en más de 40 idiomas. Y antes de comenzar a dar datos, la empresa norteamericana ya advierte de que, como dicta la sentencia, sólo pueden optar a la retirada de información personal si los resultados se consideran «inadecuados, no pertinentes o ya no pertinentes, o excesivos desde el punto de vista de los fines para los que fueron tratados». Así, como explica Google España, «desde que salió la sentencia el pasado 13 de mayo, a nivel europeo hemos recibido miles de peticiones para "desaparecer"en internet. Sólo hoy (por ayer) hemos recibido 12.000 peticiones en toda Europa desde que hemos activado el formulario. Es decir, 20 solicitudes por minuto». «Intentaremos agilizar el proceso lo más posible, pero no hay un límite de tiempo, ya que depende del volumen de peticiones, de si es o no sobre un caso público...», reconocen. El problema radica en esto último, en cómo saber si esa información que se pide que se elimine de internet es obsoleta o tiene interés: «Es la parte más complicada. Aquellas peticiones de eliminar información en la que se haga referencia a cargos públicos, por ejemplo de corrupción política o de mala práctica empresarial los trasladaremos a la Agencia de Protección de Datos para su evaluación».

El documento web es sencillo de rellenar. Además de la información básica de contacto, piden la incorporación de las URL (direcciones web) que el solicitante quiere desvincular de Google y una explicación del motivo. Además, «le pedimos que adjunte una copia legible de un documento que compruebe su identidad» para comprobar la autenticidad de la persona. Tras completar todos los huecos, el solicitante sólo puede esperar a la respuesta de la empresa de California (EE UU), que, de acuerdo con la ley de Protección de Datos, cuenta con diez días para responder.

El mérito de la aparición de este formulario es, sin duda, de Mario Costeja, el perito grafólogo que, por medio de su abogado Joaquín Muñoz, consiguió que la Justicia europea obligara a Google a «olvidarse» de él. «Quiero felicitar al buscador por el paso que han dado porque el formulario es un primer paso», afirma Costeja. Tiene claro que «ellos defendían el pilar de su negocio porque se gana la vida vinculando contenidos», de ahí que la decisión de la compañía de Larry Page y Sergey Brin se considere un importante avance para la protección de los internautas. Su letrado también está contento con la iniciativa de la empresa. Sin embargo, cree que el formulario que ha elaborado Google «no pide los datos suficientes. Supongo que es una primera versión y que la irán mejorando, pero creo que falta la posibilidad de adjuntar un documento que refrende la motivación que esgrime el solicitante». Otra de las dudas que le asaltan al letrado es la predisposición que puede tener el buscador porque «la sentencia los deja decidir a ellos». Pero claro, ésto puede conllevar que los que soliciten su «derecho al olvido» y reciban respuestas negativas opten por acudir a la Agencia de Protección de Datos, «lo que podría generar una oleada de reclamaciones». Por este motivo, otros países de la Unión Europea como Alemania ya han creado un tribunal ad hoc, en el que sólo se gestiona este tipo de peticiones. En este sentido, Costeja insiste: «Cualquier persona tiene derecho a que no aparezcan datos irrelevantes que no atenten contra las libertades».

Es cierto que Costeja, en su demanda, lo que buscaba era retirar un vínculo que aparecía en Google, pero el TJUE en su resolución amplía el «derecho al olvido» al resto de buscadores, lo que incluye Bing y Yahoo, dos buscadores que no son tan utilizados en Europa pero sí en otros enclaves del mundo, como Japón, donde Yahoo cuenta con más seguidores que Google. «Supongo que estos dos han estado esperando la reacción de este último para ver qué camino tomaban», añade el letrado que ganó el caso.

Para los expertos, «la determinación de la empresa sólo muestra que han decidido asumir la sentencia y cumplirla y es un paso importante», recalca Alonso Hurtado, socio del departamento de IT de Écija Abogados. En un primer análisis a la implantación del documento por parte de Google, Hurtado destaca «lo poco visible que quieren hacer el cuestionario, ya que, a no ser que conozcas las palabras clave, es muy difícil llegar a él». Lo que mucha gente desconoce es que ya existen otros formularios para retirar contenidos de este gran buscador. Por ejemplo, «para evitar que se copien marcas en un programa que tiene Google dirigido a publicistas, ya elaboraron un documento a través del cual los artistas pueden pedir que se retire alguna firma si consideran que se les ha copiado». Del mismo modo, «YouTube –es propiedad de Google desde 2006– también puso en marcha hace varios meses la opción de denunciar alguno de los vídeos que se suben a esta plataforma si consideran que se ha vulnerado la propiedad intelectual». Y es que como insiste el experto en derecho de protección de datos y redes, «lo que se ha regulado con esta sentencia es la ''indexación'' de información», porque los contenidos pueden mantenerse en internet, pero la Justicia obliga, siempre que se cumplan los requisitos establecidos, a romper estos vínculos. Y esa herramienta que crea las uniones no es ni más ni menos que los buscadores. Hurtado tiene claro que, a pesar de la buena voluntad que ha mostrado Google con el formulario, «se va a producir una avalancha de denuncias en los juzgados, ya que muchas personas no tienen en cuenta las exigencias que ha marcado el Tribunal para optar al ''borrado''».

Si sólo en 10 horas desde la puesta en marcha del servicio legal, Google recibió 12.000 peticiones de los 28 países de la UE, el aluvión de solicitudes va a ser descomunal y, por ello, «técnicamente muy complejo». Por eso el socio de Écija Abogados cree que «tendrán que incorporar un primer filtro automático que desestime algunas solicitudes, aunque está claro que al final, las valoraciones definitivas tendrán que hacerse de forma manual». Una idea que baraja el experto es que Google determine unas listas blancas y otras negras, «las últimas serán intocables, ya que incluirán las fuentes públicas». Hurtado asegura que desde que se hizo pública la sentencia, «nos han llegado un montón de clientes que quieren ser borrados de Google, pero no es tan sencillo». Entre estas solicitudes, «muchas nos han llegado de políticos o directivos de banca que están implicados en procesos judiciales y cuyos nombres aparecen en medios de comunicación». Éstos, por supuesto, no cumplen con los requisitos que impone Europa. «Que ningún político que haya metido la mano en la caja crea que se va a borrar su nombre. La Justicia es muy clara en esto», insiste el impulsor del «derecho al olvido», Mario Costeja.