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No tires las cajas vacías de cartón: el secreto de los jardineros inteligentes para deshacerse de las malas hierbas
Cada vez más jardineros convierten estos embalajes en un aliado contra las plantas invasoras

En los jardines, una pila de cajas de cartón ya no es solo un residuo: es una herramienta ecológica y eficaz para combatir las malas hierbas. Cada vez más jardineros convierten estos embalajes en un aliado contra las plantas invasoras, sin necesidad de productos químicos ni esfuerzos intensivos.
Todo jardinero conoce el problema: basta dejar el jardín sin atención unas semanas para que las malas hierbas se instalen con fuerza. Estas “intrusas” brotan con la primera lluvia de primavera, reaparecen en otoño y amenazan con asfixiar tanto las jóvenes plantas como la paciencia de quien cultiva.
Si bien existen métodos tradicionales como el desherbado manual, el uso de agua hirviendo o herramientas térmicas, estas soluciones requieren tiempo y constancia. Y desde la prohibición de herbicidas para uso doméstico, los jardineros responsables buscan alternativas más sostenibles.
Ahí es donde el cartón marrón no impreso cobra protagonismo. Lejos de ser solo un residuo, este material se transforma en una barrera natural contra las malas hierbas. Su estructura espesa y opaca impide el paso de la luz, lo que bloquea la fotosíntesis de las plantas indeseadas y limita su crecimiento.
La técnica es sencilla: se retiran etiquetas, cintas y grapas de los cartones, se humedecen ligeramente para adaptarse al terreno y se colocan en capas sobre la superficie a tratar. Opcionalmente, se puede añadir una fina capa de compost o acolchado vegetal para mejorar el aspecto.
Un resultado es doble
Por un lado, las malas hierbas desaparecen al no poder desarrollarse sin luz; por otro, el cartón se descompone lentamente, enriqueciendo el suelo y fomentando la actividad microbiana. Los lombrices, en particular, se ven beneficiadas, ayudando a airear y nutrir la tierra.
Este método, además de práctico y eficaz, se inscribe en una lógica de residuo cero. Cada caja utilizada reduce el volumen de basura doméstica y evita desplazamientos innecesarios a puntos de reciclaje.
Eso sí, los expertos advierten: es fundamental evitar cartones plastificados, impresos o tratados químicamente. También es necesario asegurarse de cubrir bien toda la zona para evitar que algunas hierbas encuentren luz y resurjan.
Contrario a ciertas creencias, el cartón no asfixia el suelo ni impide el paso del agua. Al estar humedecido y ligeramente cubierto, permite la infiltración del riego y de la lluvia sin problemas.
En definitiva, lo que antes era un desecho se convierte ahora en una herramienta sencilla, ecológica y económica. Jardineros de todo tipo lo adoptan para mantener sus cultivos limpios, reducir su esfuerzo y cuidar del planeta. Así que, la próxima vez que recibas un paquete, piénsalo bien: tu huerto podría tener un nuevo aliado escondido en esa caja vacía.
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