Toda España en el mismo bombo

No sólo ha sido el más esperanzador, sobre todo para para tantas y tantas familias que se aferraban a un «pellizquito» de esperanza; sino también el más madrugador, pues fue el primero –a las 10:07– de todos los premios que se dieron a conocer en el Teatro Real; y el más «cibernauta», pues, por primera vez, parte del premio máximo –un total de 6.800.000 euros «tocaron» a través de décimos vendidos a través de internet. Pero, por encima de todo, el Gordo de ayer fue el más «democrático» que se recuerda.

Y es que, si exceptuamos a La Rioja, todas las comunidades autónomas –y un total de 31 provincias– pudieron presumir de poseer el número más codiciado: el 76.058, agraciado con 400.000 euros el décimo. Un reparto que, en momentos como el actual se antoja más necesario que nunca. Eso sí, algunas regiones resultaron más afortunadas que otras. De las 180 series del número, 130 se vendieron en la humilde calle de Chirrillo en el municipio madrileño de Alcalá de Henares. A buen seguro que su administración nº 12 sustituirá el letrero que recordaba que allí se vendió el primer premio de la Lotería Nacional el pasado agosto para colocar uno nuevo: «Aquí se vendió el Gordo de Navidad del 22 de diciembre de 2012».

Un año más quedaron enterradas las supersticiones. Ni la fecha que dimitió Esperanza Aguirre –17.912– ni el día que falleció Santiago Carrillo –18.912– ni, por supuesto, la publicitada fecha del «fin del mundo» –21.212– resultaron premiados, pese a ser algunos de los números más buscados en internet según el portal de venta Ventura.es. Con todo, algunos ya apuntaban ayer que, para el año que viene, buscarán un décimo que termine en 8, tal como ocurrió el pasado año –71.208–.

Errores y mala suerte

Algunos se lamentaron ayer de su mala suerte. Fue el caso de la pareja de Chiclana de la Frontera (Cádiz) que rechazó el décimo premiado en el último momento porque la mujer «no quería comprarlo en máquina»–. Otros también se mostraron desolados, pero en su caso porque albergaron falsas esperanzas. Y por errores ajenos. Así ocurrió, entre otras provincias, en Teruel, Ávila, Burgos, Salamanca, Vitoria y Toledo, donde los internautas vieron como un error informático de la web de Lotería y Apuestas del Estado –y rápidamente corregido– atribuía de forma errónea el Gordo a varias de sus administraciones. «Ahora tengo una mezcla de desilusión porque es la segunda vez que nos quedamos a las puertas», decía ayer Elena, una vecina de Teruel.

Pero ante todo, el de ayer fue el Gordo de la esperanza. Que se lo digan a los cincuenta trabajadores de la empresa Cametal de Alcalá de Henares, actualmente en concurso de acreedores, y que llevan cinco meses sin cobrar. O a la familia de Benidorm (Alicante) con sus cinco miembros en paro y uno de ellos a punto de perder el piso. A todos ellos se les abre un nuevo horizonte gracias a 400.000 euros en los que no hay hueco para caprichos: sólo algo tan sencillo y a la vez tan complicado como salir adelante. No en vano, si en las ediciones anteriores del Gordo el paro era el principal «agujero» que los premiados se disponían a tapar, en el sorteo de ayer fue la hipoteca –cuando no la amenaza del desahucio– el «enemigo» a batir en los próximos meses. Para todos ellos, enhorabuena.