Las hortensias se han ganado un lugar destacado en los jardines de toda España. Lo que muchos aficionados a la jardinería desconocen es que estas plantas pueden multiplicarse fácilmente en casa, sin necesidad de adquirir nuevos ejemplares. A través de técnicas accesibles, como el esquejado, el acodo o la división, es posible obtener nuevas hortensias a partir de una sola planta madre.

El primer paso para reproducir hortensias con éxito es elegir un ejemplar sano. La planta madre debe estar libre de plagas y enfermedades porque que las nuevas plantas heredarán sus características genéticas. Además, es importante asegurarse de que la variedad elegida no esté protegida por patente, ya que su reproducción está legalmente restringida.

Tres métodos de reproducción

Esquejes: la opción más productiva

Esta técnica consiste en cortar un trozo joven del tallo (preferiblemente a finales de primavera o principios de verano) e introducirlo en sustrato húmedo para que desarrolle raíces. Se recomienda utilizar hormonas de enraizamiento para acelerar el proceso y cubrir el esqueje con plástico transparente para conservar la humedad. En unas semanas, si el esqueje ofrece resistencia al tirar suavemente, será señal de que ha enraizado con éxito. Es el método ideal si se desean muchas nuevas plantas en poco tiempo.

Acodo: sencillo y eficaz con espacio limitado

En este caso, no se corta el tallo de inmediato. Se selecciona una rama flexible de la planta madre, se dobla hasta tocar el suelo y se entierra parcialmente. Con el paso de las semanas, este tramo enterrado desarrollará raíces propias. Una vez afianzadas, se puede cortar el nuevo ejemplar y trasplantarlo. Es un método particularmente útil si solo se busca obtener una o dos plantas adicionales.

División: solo para ciertas especies

Las hortensias lisas (Hydrangea arborescens) y de hoja de roble (Hydrangea quercifolia) se propagan fácilmente mediante división. A diferencia de otras variedades, estas tienden a formar colonias, lo que permite separar parte del arbusto con una pala afilada. Se recomienda realizar esta operación en primavera, asegurándose de incluir tanto raíces como follaje en cada segmento. El trasplante debe hacerse rápidamente para evitar que las raíces se sequen.

Consejos para un buen resultado

Independientemente del método elegido, la paciencia y el cuidado son fundamentales. Mantener el sustrato húmedo, evitar la exposición directa al sol en las primeras fases y utilizar herramientas limpias son claves para evitar fracasos. Además, un mantillo orgánico puede ayudar a conservar la humedad y proteger el sistema radicular durante el establecimiento.