Un perfil constante

El perfil de la mujer que aborta en España se ha mantenido desde 1985 en unos parámetros de edad, situación familiar, laboral y social, y nacionalidad prácticamente estables, con muy pocas variaciones.

En cuanto a la edad, suele oscilar entre los 16 y 37 años; su situación personal suele ser la de una mujer sin pareja estable y/o con una pareja que rechaza el embarazo y la amenaza con el abandono si decide no abortar. Su entorno familiar y de relaciones sociales suele ser también hostil al embarazo. En su mayoría carecen de trabajo o lo ven en peligro si se descubre que están embarazadas.

En los últimos años la crisis económica ha hecho variar el perfil de la nacionalidad de la mujer que aborta, disminuyendo el número de extranjeras debido al descenso de la población inmigrante en España. Así mismo, la crisis ha aumentado el número de familias que se han visto abocadas a abortar por estar ambos progenitores en paro, con un alquiler o una hipóteca, con uno o más hijos y sin ayudas de ningún tipo.

Lo que no ha cambiado, ni cambiará con la anunciada reforma de la ley del aborto, es la gratuidad del mismo para toda mujer, inmigrante o española, de cualquier edad y situación familiar que sea derivada por los Servicios Sociales o por la Sanidad pública a un centro privado para que le practiquen un aborto. Lo prueban los más de cincuenta millones de euros con los que el Estado ha financiado el aborto en 2011.