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Viajes

Ha viajado por (casi) todo el planeta y solo volvería siempre a un lugar

Un creador que ha pisado todos los países del mundo confiesa que, si tuviera que elegir, hay un sitio al que regresaría una y otra vez. Aquí te contamos cuál es y por qué

Ha viajado por (casi) todo el planeta y solo volvería siempre a un lugar Unsplash

Viajar a más de 190 países cambia el estándar: los paisajes dejan de sorprender tan fácilmente, las ciudades se parecen y las listas pierden sentido. Por eso llama la atención cuando uno de estos trotamundos -acostumbrado a comparar climas, precios, visados y gastronomías- admite que tiene un destino favorito de entre todos los que ha visitado. No es un ranking de Instagram ni un capricho del momento: suele ser una mezcla de hospitalidad, facilidad para moverse, seguridad, comida y naturaleza que encaja con su forma de vivir la ruta.

En los últimos años, varios creadores que han completado la vuelta al mundo han contado en entrevistas y vídeos, con argumentos muy concretos, dónde se sienten más a gusto, qué país les permite vivir con ritmo tropical pero servicios modernos, o dónde el mar y las islas hacen que cada día se sienta distinto. Uno de los casos más citados es el del youtuber y escritor Drew Binsky, que visitó los 197 países reconocidos y, aun así, tiene un favorito al que volver.

El país al que volvería siempre (y por qué)

Binsky ha dicho públicamente que su país favorito es Filipinas. Lo ha repetido en vídeos y entrevistas: le atrae la combinación de gente extremadamente amable, sensación de seguridad, naturaleza desbordante e islas a tiro de ferry. En sus palabras: "Todo lo que podrías querer en un solo país".

Más allá del eslogan, su explicación es bastante práctica. Primero, la gente: la facilidad para conversar en inglés y la hospitalidad filipina reducen la fricción del día a día (negociar traslados, pedir indicaciones, charlar con desconocidos). Segundo, la logística: moverse entre islas en banca, lancha o vuelos cortos convierte el viaje en una secuencia de pequeñas aventuras -Corón, El Nido, Siargao, Bohol, Cebú- sin exigir presupuestos desmedidos. Y tercero, el paisaje: playas de agua clara, lagunas calcáreas, terrazas de arroz, cuevas y arrecifes que hacen que, aun repitiendo archipiélago, el viaje no se repita. Todo eso, sostiene, crea una ecuación poco común entre variedad y sencillez: siempre hay algo nuevo sin que el viajero tenga que reinventar su itinerario.

FilipinasUnsplash

También pesa la sensación de pertenencia. Tras años enlazando países, Binsky pasó temporadas viviendo en Manila y produciendo desde allí, no solo iba “de paso”, sino que lo eligió como base por temporadas, algo que no hizo en muchos otros destinos. Para un viajero de larga duración, esa elección cuenta tanto como una lista de “imperdibles”.

¿Qué nos dice esto a los que miramos el mapa desde casa?

Que los “favoritos” de quienes más han viajado rara vez son los más obvios del ranking turístico del año. Suelen ser países donde la experiencia humana manda: facilidad para conectar, moverse y entenderse, donde un desayuno en un puesto de la calle o una conversación con el barquero valen tanto como la foto perfecta. Y que, incluso en la era de los checklists, volver puede ser más valioso que tachar: repetir un lugar para conocerlo de verdad.