Rock

Steve Vai, a la velocidad de la luz

El rockero que ideó la guitarra de siete cuerdas llega a España con «The Story of Light» y sus vertiginosos punteos

Steve Vai, pasa por España con 12 o 13 guitarras
Steve Vai, pasa por España con 12 o 13 guitarraslarazon

En el Olimpo de la guitarra rockera, si nos atenemos a la vertiente más instrumental del rock, tres nombres compiten en veneración: Joe Satriani, Steve Vai e Yngwie Malmsteen. Alumno aventajado en su día de Frank Zappa y del propio Satriani, el segundo, hoy ya veterano, llega estos días a España con «The Story of Light», álbum y gira con juegos instrumentales y algún zarpazo de profundo blues-rock. Tras Santiago de Compostela, le esperan Barcelona, Bilbao, Madrid y Murcia.

El río de notas, punteos, riffs y efectos que fluye en los discos del estadounidense podría compararse con esa luz que titula su gira, un símil que él admite, sumamente educado, a LA RAZÓN: «En un sentido, sí, intento hacer música que me haga sentir bien. Cualquier cosa que crees perpetúa un estado mental, tu percepción de la vida. Si haces música enfadada, pesada, sobre cuánto odias al mundo y a ti mismo, bueno... acabas odiando al mundo y a ti mismo. Ya he pasado por eso antes, y no me gusta la forma en que me hace sentir. Por eso trato de hacer música optimista, eufórica».

Sin etiquetas

Vai, como Satriani, fue un «semidiós» rockero cuando estaban de moda los flecos y el heavy llegaba al «billboard». Hoy sigue fiel a sí mismo, pero los tiempos y las modas cambian. El grunge, primero, el hardcore después, el thrash metal... ¿Se ha adaptado bien a los cambios en la industria? «No sé lo que eso significa, porque cuando te adaptas significa que sigues una tendencia, que vas saltando entre géneros, y yo siempre he tratado de evitar eso. Siempre hay obviamente elementos en mi música, en las ropas que llevo y cosas así, en los que puedes apreciar influencias de los tiempos. Pero si te fijas en todo mi repertorio, no pertenece a un género específico. Cuando surgen nuevas tecnologías, influyen en en mí, pero nunca siento que necesito adaptarme a nada». Además, prosigue el músico, «una vez que te identificas con la moda ya te has etiquetado a ti mismo. Intento evitar las etiquetas. He sido mucho parte de eso, en los 80, cuando estaban bandas como Deathrow, Whitesnake... Me pusieron etiquetas y las acepté, porque era joven, tenía melena, podía tocar como una exhalación... Pero en aquellos días sólo trataba de encajar. Desde entonces, no sigo una tendencia».

Vai no es únicamente un gran guitarrista, sino un pionero e inventor: hizo famosas las guitarras Ibanez, patentó una de siete cuerdas e ideó otra de tres mástiles. «Me encanta ser creativo con la música y con la guitarra. Normalmente, las mejores innovaciones surgen de una perspectiva muy simple. La Jem, que es la Ibanez que toco, fue importante cuando salió, porque aportaba muchas novedades. Pero cuando la diseñaba, no pensaba en eso, tan sólo en construir un instrumento que se ajustase a mis necesidades, porque ninguna de las que había entonces realmente me servían para tocar como yo quería», resume antes de ofrecer una larga explicación técnica que no osaré repetir aquí. Hoy ya no sigue diseñando, aclara: «Ahora hay ediciones conmemorativas, en blanco, con adornos. Cosas muy chulas... pero la verdadera innovación de la Jem fue ponerle siete cuerdas». Y un apunte para fans: a España traerá unas doce o trece guitarras: «Normalmente llevo una principal, la Evo, y una de apoyo, que son todas Jem. Hago una canción en acústico, otra para siete cuerdas... Y por cada una, tengo que llevar otra de repuesto, por si se me rompe una cuerda o algo así, ya sabes».

Acudamos a frikipedia.com por una vez. Así define la web a Vai: «Dios (según muchos), es un guitarrista angelical y a la vez loco que quiere gobernar el universo a manos de una Ibanez». El solista suelta una breve risa y relativiza en su respuesta: «He oído muchas descripciones de mí mismo. Y tal y como lo veo, cualquier percepción que alguien tenga de mí es válida. Y he leído algunas cosas bastante horribles. También otras muy hermosas. Si alguien tiene esa percepción, me vale. En lo que a mí respecta, no me veo de ninguna de esas formas. Me siento muy emocionado y me honra haber influido en algunas personas. En cuanto a conquistar el universo con una guitarra, obviamente me hace gracia, pero no puedo comentarlo. ¡Ya tengo bastante trabajo conquistando mi jardín!».