La memoria permanece: el incendio de la discoteca Alcalá 20

Con el trágico incendio del pasado domingo ocurrido en la discoteca La Fonda de Murcia, es inevitable recordar un episodio similar que aconteció hace décadas en el corazón de Madrid.

En medio del auge de la movida madrileña en la década de los 80, la vida nocturna de la capital española irradiaba esplendor. Cada fin de semana, multitudes de jóvenes se congregaban en las discotecas de la ciudad para sumergirse en el ambiente festivo característico de esa época, que dio lugar a algunos de los más grandes exponentes de la música española.

Sin embargo, en medio de esta efervescencia, se desencadenó una tragedia que aún perdura en la memoria colectiva: el incendio de 'Alcalá 20', una de las discotecas más icónicas de la ciudad, que cobró la vida de 81 personas.

La fatídica noche del 17 de diciembre de 1983, el reloj marcaba alrededor de las 5 de la mañana cuando el DJ de 'Alcalá 20' anunció el cierre de la discoteca. Aproximadamente 300 personas aún permanecían en el local cuando una chispa proveniente del escenario encendió una gran cortina, parte de la decoración del establecimiento.

El fuego se propagó rápidamente por los más de 5.000 kilogramos de decorados inflamables que adornaban la discoteca. A pesar de que las primeras señales de alarma no alarmaron en exceso a los asistentes, las llamas y el humo se extendieron velozmente, desatando el pánico y dando paso a una tragedia.

La catástrofe de 'Alcalá 20' podría haberse evitado. Aunque Madrid ya estaba implementando medidas de seguridad contra incendios, estas regulaciones eran mucho menos rigurosas que en la actualidad y no se tomaban con la misma seriedad. En la discoteca, los extintores tenían fechas de revisión caducadas y solo había una manguera contra incendios en todo el local, con presión y caudal insuficientes.

Cuando el fuego y el humo invadieron la sala principal, varios asistentes intentaron escapar por las salidas de emergencia, pero estas estaban bloqueadas. Esto desencadenó avalanchas y aplastamientos que resultaron en varias de las víctimas mortales. Mientras tanto, el personal de la discoteca logró salir del lugar, conocedores de la única puerta de emergencia que funcionaba correctamente.

Sumándose a aquellos que perdieron la vida a causa de las llamas o la inhalación de humo, se encontraba un joven que cayó al vacío mientras intentaba escapar, además de dos jóvenes que fueron hallados días después en el hueco del ascensor. En total, el incendio se cobró trágicamente la vida de 81 personas.

Las consecuencias del incendio de 'Alcalá 20' fueron profundas y duraderas. Las medidas de seguridad contra incendios se fortalecieron y se endurecieron como resultado de esta tragedia. Los cuatro propietarios de la discoteca fueron condenados a dos años de prisión por imprudencia temeraria, al igual que el electricista que certificó la validez de la instalación, quien recibió una pena adicional de seis meses por falsificación de documento oficial.

La sentencia confirmó que los empresarios eran conscientes de los peligros y deficiencias en la instalación, y el Ministerio del Interior tuvo que desembolsar aproximadamente 12 millones de euros en indemnizaciones a los afectados y a las familias, equivalente a 2.000 millones de pesetas de la época.

La tragedia de 'Alcalá 20' dejó una marca indeleble en la historia de Madrid.