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He comprado los EarPods en pleno 2025: ¿han conseguido sustituir a mis AirPods Pro?
Tras una casi una década, he comprado los EarPods de Apple. ¿Me habré adaptado al cable tras nueve años renunciando a él?

Hace un tiempo que el cable se ha vuelto a poner de moda. O, si siempre lo había estado, lo cierto es que en los últimos meses ha ganado más presencia. Por esta razón, hace una semana compré los EarPods, los auriculares de toda la vida de Apple —los que llevan cable y venían incluidos en la caja de los iPhone— para volver a probar la experiencia.
Apple lanzó los AirPods en 2016, justo el año en que eliminó el jack de audio del iPhone. Fue un movimiento muy criticado, pero que todas las marcas de la competencia, sin excepción, copiaron sin ningún tipo de pudor. Y desde entonces los he estado usando: nueve años con AirPods —los de primera generación, los de tercera, los de cuarta y las dos generaciones de los AirPods Pro.
Llevaba casi una década sin usar auriculares con cable y quería comprobar qué tal era volver a los EarPods. Mi idea era usarlos en la calle, en casa y en otras situaciones para ver si podían sustituir a mis AirPods. La verdad es que no lo han conseguido, pero tras haberlos probado, sí que formarán parte de mi ecosistema porque tienen varios puntos a favor.
Por qué me quedaré con los EarPods de Apple
La primera razón por la que me quedaré con los EarPods de Apple es porque los voy a tener siempre conectados al Mac. Hasta ahora usaba los AirPods 4, pero prefiero dejar los de cable conectados al USB-C de mi iMac para así alargar la batería de los otros. Siempre están a mano: solo tengo que cogerlos y ponérmelos.
Tienen una calidad de sonido muy buena que no recordaba. Los EarPods de Apple siempre han sorprendido por su sonido, pero no lo valoraba tanto hasta que los he vuelto a usar. De hecho, me atrevería a decir que es similar a la de los AirPods sin apellido “Pro”. Esa es otra de las razones por las que me los quedo.
Otro punto a favor de los EarPods es que no tienen batería. Siempre están disponibles y son ideales en situaciones como viajes: no ocupan espacio y te pueden sacar de un apuro. En casa, por ejemplo, es donde más los estoy utilizando para no desgastar la batería de mis AirPods 4 o AirPods Pro 2.
Por último, los EarPods también son un accesorio. Aunque no los estoy usando mucho en la calle, me gusta que puedan formar parte del vestuario. Su diseño blanco y minimalista combina con todo, así que es otro aspecto a tener en cuenta al comprarlos —o conservarlos.
Ahora bien, no todo son ventajas. Aunque, tras casi una década usando AirPods, los EarPods me han sorprendido, no van a ser mis auriculares principales. Ese lugar sigue reservado para los Pro. Me he acostumbrado a no llevar cables, a la cancelación de ruido y a los distintos modos de sonido… pero eso no significa que los de cable no puedan formar parte de mi día a día.
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