Recursos humanos

Jensen Huang, CEO de NVIDIA: "No me gusta despedir a nadie, prefiero torturarte y presionarte hasta que consigas tus objetivos"

El CEO de la empresa de GPUs más valiosa del mundo cree que es un error despedir trabajadores sin que exploten su máximo potencial en los nuevos proyectos

Jensen Huang, CEO de Nvidia
Jensen Huang, CEO de NvidiaDavid Paul Morris/Bloomberg

La trayectoria del gigante NVIDIA, convertida en referente mundial gracias a la potencia de sus GPUs que en los últimos años le han otorgado un lugar preferente en el desarrollo de hardware para ejecución de modelos de inteligencia artificial, está indisolublemente ligada al carisma y la visión de su cofundador y CEO, Jensen Huang. Este ingeniero eléctrico formado en Oregon State y Stanford cofundó la compañía en 1993 y la guio desde el borde de la quiebra en los 90 hasta alcanzar, en julio de 2025, una capitalización bursátil de 4 billones de dólares, un hito jamás alcanzando por ninguna otra compañía.

Pese a operar en un sector con alta rotación de talento, NVIDIA presume de retener a la mayoría de sus empleados a largo plazo por medio generosos planes de stock options e incentivos ligados al rendimiento, creando un entorno estable y comprometido que contrasta con las dinámicas cada vez más frecuentes de despidos masivos de otras Big Tech.

En una reciente charla con Patrick Collison, cofundador de Stripe, Huang desveló su fórmula para exprimir al máximo las capacidades de sus colaboradores sin recurrir al despido. Al ser preguntado sobre cómo gestiona a quienes no alcanzan sus expectativas, respondió con una broma digna del mismísimo Alfred Hitchcok:

“Prefiero mejorarte antes que renunciar a ti. No me gusta despedir a la gente porque creo que pueden mejorar. Es una pequeña broma, pero la gente sabe que prefiero torturarte y presionarte hasta que consigas tus objetivos”

Según Huang, esa “tortura” es en realidad una presión constructiva, un mecanismo para estimular el aprendizaje y el esfuerzo constante, siempre bajo la premisa de compartir objetivos de manera conjunta.

Este enfoque contrasta con la escuela de liderazgo de figuras como Steve Jobs, famoso por su presión implacable, pero plantea un matiz: en lugar de descartar talento al primer tropiezo, Huang aboga por un acompañamiento intensivo que permita al empleado crecer y corregir el rumbo. No obstante, algunos expertos advierten del riesgo de que una presión excesiva derive en estrés laboral y desgaste emocional si no se equilibran adecuadamente exigencia y apoyo.

Hasta la fecha, la apuesta de Huang ha rendido frutos: NVIDIA domina el mercado de centros de datos, robótica, automoción autónoma y minería de criptomonedas, además de consolidarse como pieza clave para gigantes de la nube y startups de IA. Su “tortura constructiva” más allá de la anécdota se enmarca en una cultura organizativa que prioriza la mejora continua y la resiliencia, promoviendo un crecimiento sostenido tanto de la compañía como de sus profesionales.

Solo el tiempo dirá si este modelo, forjado en el crisol de la innovación tecnológica, resulta exportable a otras empresas, pero por ahora parece haber sido uno de los motores esenciales del imparable ascenso de NVIDIA.