
Inteligencia artificial
Jon Hernández, divulgador de IA: “Sin ninguna duda, la inteligencia artificial va a reemplazar todos los trabajos humanos”
El experto en inteligencia artificial asegura que el verdadero desafío no será tecnológico, sino humano: redefinir quiénes somos cuando el trabajo deje de ser necesario

Hace apenas una década, los titulares hablaban de coches autónomos, robots que servirían cafés o máquinas capaces de escribir textos simples. Hoy, según Jon Hernández, creador de contenido sobre inteligencia artificial, ese horizonte ya ha quedado atrás. En una entrevista publicada en 20minutos, el experto advierte que la sociedad está subestimando la magnitud del cambio que ya está en marcha.
“Hace siete u ocho años pensábamos que los primeros en perder su empleo serían los taxistas o los camioneros”, recuerda Jon. “Ahora empiezo a pensar que quizás sean los psicólogos”. La afirmación no es provocadora, sino sintomática de un cambio más profundo: las máquinas ya no solo ejecutan tareas, sino que comienzan a relacionarse con nosotros, a escucharnos, a hablar con naturalidad, a acompañarnos.
La escena que describe Hernández podría parecer cotidiana: una persona con auriculares en la calle, hablando sola. “Puede estar conversando con ChatGPT y nos parece completamente normal”, dice. Ese gesto, casi banal, evidencia un salto cultural. “Estamos pasando de usar las máquinas a relacionarnos con ellas. Y eso lo cambia todo”.
Un mundo donde el trabajo ya no define a las personas
En la entrevista, Jon sostiene una tesis contundente: la inteligencia artificial acabará reemplazando todos los trabajos humanos. Y lo dice sin dramatismo, como una consecuencia lógica de la evolución tecnológica.
“Si te pregunto si dentro de mil años estaremos trabajando, nadie lo cree. Todos imaginamos un mundo como Star Trek, explorando el universo y haciendo cosas de humanos”, apunta. En la célebre serie, recuerda, las máquinas realizaban casi todas las tareas productivas, pero los humanos decidían voluntariamente reservarse algunas, no por necesidad, sino por placer.
Esa idea introduce el verdadero debate: ¿qué ocurrirá cuando el trabajo deje de ser el eje de nuestra identidad? Hernández señala que la sociedad actual ha vinculado el propósito vital a la profesión, y que ese paradigma será insostenible. “Nos hemos identificado con lo que aportamos al mundo a través del trabajo. Pero eso es un problema. El propósito y el empleo no tienen por qué ir de la mano”.
La AGI y el fin del trabajo productivo humano
El experto alude a un concepto que se ha convertido en el santo grial de la industria tecnológica: la Inteligencia Artificial General (AGI), una forma de IA capaz de realizar cualquier tarea cognitiva que hoy hace una persona.
“Todas las grandes empresas: OpenAI, Google, Microsoft... están persiguiendo exactamente eso”, asegura Hernández. “Por definición, su misión es desarrollar sistemas que puedan hacer todo el trabajo productivo de la humanidad. Es decir, reemplazar el trabajo humano”.
Aunque la frase suene alarmante, Hernández insiste en que la pérdida de empleo no tiene por qué equivaler a pobreza o crisis. “Podemos estar en una situación en que haya bonanza económica, el GDP del mundo (PIB) crezca un montón, pero en cambio no haya tanto empleo. Entonces, no necesariamente el que no haya empleo tiene que querer decir que no va a haber dinero".
Ante este escenario, el debate se desplaza del ámbito tecnológico al social. Hernández propone una idea que cada vez gana más terreno entre economistas y expertos en innovación: desvincular el sustento económico del empleo.
"Te puedo asegurar que las empresas se van a forrar con la IA. No me cabe ninguna duda”. Por eso, considera urgente repensar el sistema económico: “Tenemos que desvincular el trabajo del plato de comida en la mesa. Y eso pasa por muchas cosas. Rentas básicas universales que tendremos que explorar y muy pronto, mucho antes de lo que la gente cree", evitando que "no solo algunos sean muy, muy ricos y el resto no pueda poner un plato de comida en la mesa porque no tiene trabajo"
La solución, dice, pasa por explorar fórmulas como la renta básica universal, y hacerlo antes de lo que la mayoría imagina. Este concepto, defendido por economistas como Rutger Bregman o Thomas Piketty, plantea un ingreso garantizado para todos los ciudadanos, independientemente de su situación laboral.
El mensaje final de Jon Hernández es casi filosófico. Durante años fue fotógrafo documental y retrató tribus en lugares remotos de Mongolia, China o Birmania. Allí, dice, conoció personas con un propósito vital claro, aunque sin tener un “trabajo” en el sentido occidental.
“El propósito no puede ir vinculado al trabajo y por eso insistía en esa diferenciación entre lo que ‘soy’ y ‘me dedico’”, asegura el experto en la entrevista. Su visión, lejos de ser distópica, invita a repensar el futuro con optimismo: si las máquinas asumen el trabajo, los humanos podrán dedicarse a explorar lo que realmente nos hace humanos.
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