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¿Es legal descargar vídeos de YouTube?
Existen cientos de herramientas y páginas web que permiten descargar vídeos de YouTube. La pregunta es, ¿son legales? Te ayudamos a salir de dudas

Seamos sinceros: todos, absolutamente todos, hemos querido descargar un vídeo de YouTube alguna vez. Ya sea para guardar esa canción que no encuentras en otro sitio, para tener a mano un tutorial y poder seguirlo sin conexión, o simplemente para conservar un vídeo viral antes de que desaparezca. Internet está lleno de páginas y aplicaciones que prometen hacerlo con un solo clic. Y es tan increíblemente fácil que la pregunta es inevitable: si es tan sencillo, ¿es legal?
La respuesta, como casi todo lo que tiene que ver con la legislación en internet, es un gigantesco y frustrante "depende". Es una de esas zonas grises donde las condiciones de uso de una plataforma chocan con la legislación. Pero no te preocupes, en este artículo vamos a desgranar el asunto de una vez por todas, con la ley en la mano y sin rodeos, para que salgas de aquí con una respuesta clara y, sobre todo, entendiendo los riesgos a los que te enfrentas.
La respuesta corta y directa
Para que no te pierdas en el laberinto legal, empecemos por el final. ¿Es legal descargar vídeos de YouTube? La respuesta corta es no, pero con matices muy importantes:
Según los términos de servicio de YouTube, estás violando el "contrato" que aceptaste al usar su plataforma
Según la ley de Propiedad Intelectual en España, si lo haces para uso privado, sin ánimo de lucro y el vídeo original es legal, podrías estar amparado por el derecho a copia privada
¿Confundido? Es normal. Vamos a explicarlo paso a paso.
Lo que dice YouTube
El primer punto que hay que entender es que, cuando usas YouTube, estás aceptando sus **Términos de Servicio**. Es ese texto larguísimo que nadie lee, pero que funciona como un contrato entre tú y la plataforma. Y en ese contrato, Google deja muy clara su postura.
Concretamente, en el apartado "Permisos y restricciones", se especifica que solo puedes "acceder y usar el Servicio tal como se pone a tu disposición", y que no debes "acceder, reproducir, descargar, distribuir, transmitir, emitir, mostrar, vender, licenciar, alterar, modificar o usar de otro modo cualquier parte del Servicio o del Contenido, excepto: (a) según lo autorizado expresamente por el Servicio; o (b) con el permiso previo por escrito de YouTube y, si corresponde, de los respectivos titulares de los derechos".
En resumen: YouTube te prohíbe explícitamente descargar cualquier vídeo de su plataforma a menos que sea a través de su propio botón de "Descargar", una función exclusiva para los suscriptores de YouTube Premium. Por lo tanto, cada vez que usas una página web o una aplicación de terceros para bajar un vídeo, estás violando directamente sus normas.
Lo que dice la ley
Aquí es donde la historia se complica y entra en esa famosa "zona gris". Mientras que YouTube, como empresa privada, puede poner las normas que quiera en su plataforma, los usuarios en España estamos protegidos por la **Ley de Propiedad Intelectual**. Y esta ley, en su artículo 31, reconoce el derecho a la copia privada.
Este derecho nos permite, en esencia, hacer una copia de una obra (una canción, un libro, un vídeo...) sin necesidad de la autorización del autor, siempre y cuando se cumplan tres condiciones indispensables:
Que la copia sea para uso privado: es decir, para tu propio disfrute, sin fines comerciales ni de distribución.
Que hayas tenido acceso legal a la obra original: ver un vídeo que ha sido subido públicamente a YouTube se considera un acceso legal.
Que la copia no se haga saltándose medidas anticopia (DRM): la mayoría de los vídeos de YouTube no tienen sistemas de protección tecnológica complejos, por lo que las herramientas de descarga no suelen "romper" ninguna protección.
Bajo esta premisa, si descargas un vídeo musical de un artista para escucharlo en tu móvil sin conexión, o un tutorial de cocina para tenerlo a mano en la tablet, la ley española, en principio, te ampara.
El gran "pero"
Entonces, si la ley me ampara, ¿dónde está el problema? El problema es el conflicto entre la legislación nacional y las condiciones de un servicio privado. Aunque el acto de hacer una copia privada no sea un delito, el método que usas para hacerlo (una app o web de terceros) sí que va en contra de las normas de YouTube.
¿Cuáles son las consecuencias reales de esto? Seamos prácticos. Es extremadamente improbable que YouTube o la justicia vayan a perseguir a un usuario individual por descargar un vídeo para uso personal. Las acciones legales de las compañías suelen dirigirse contra las herramientas que facilitan la descarga, no contra los usuarios finales.
El riesgo real y más plausible al que te enfrentas es que YouTube detecte esta actividad y decida tomar medidas contra tu cuenta de Google. En el peor de los casos, podrían suspender o incluso eliminar tu cuenta, lo que implicaría perder el acceso no solo a YouTube, sino también a Gmail, Google Drive, Google Fotos y el resto de servicios asociados.
Hay una línea roja que nunca se debe cruzar. El derecho a copia privada solo se aplica si la obra original ha sido divulgada de forma legal. Esto significa que si alguien sube una película completa que acaba de estrenarse en el cine a YouTube, ese contenido es ilegal. Y si tú lo descargas, aunque sea para verlo en casa, estás cometiendo una infracción de los derechos de autor, ya que la fuente no es lícita. En este caso, tanto la ley como los términos de YouTube están en tu contra.
¿Entonces, puedo o no puedo descargar vídeos de YouTube?
Después de todo este análisis, volvamos a la pregunta original. La respuesta definitiva es la siguiente:
Legalmente: sí, puedes descargar vídeos de YouTube para tu uso privado, siempre y cuando el vídeo original sea legal, gracias al derecho a copia privada que contempla la ley española.
Contractualmente: no, estás violando los términos de servicio de YouTube, y te arriesgas a que la compañía tome medidas contra tu cuenta de Google.
En la práctica, la decisión es tuya. Millones de personas lo hacen cada día sin consecuencias. Pero es importante que seas consciente de que, aunque es poco probable que te enfrentes a un problema legal, sí que estás incumpliendo las normas de la plataforma. La única forma 100% legal y segura de hacerlo es a través de una suscripción a YouTube Premium, que te permite descargar vídeos para verlos sin conexión dentro de la propia aplicación.
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