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Sorpresa increíble por esta primera imagen del sol: "Era, literalmente, una incógnita"

Aunque sabemos bastante sobre el Sol, todavía existen dudas sobre múltiples aspectos del mismo, incluso cuando somos totalmente dependientes de él

Sol/Agencia Espacial Europea
En breve se podrán obtener aún mejores imágenes del polo sur del solAgencia Espacial EuropeaAgencia Espacial Europea

Llevamos toda nuestra existencia girando alrededor del Sol, dependiendo de él para absolutamente todo, y sin embargo apenas conocemos a nuestra estrella. Es como vivir toda la vida con alguien y descubrir de repente que nunca has visto su cara completa, solo su perfil.

Esta limitación no es casualidad ni descuido científico. Es pura física orbital: la Tierra, como todos los planetas del sistema solar, está atrapada en el mismo plano alrededor del Sol. Nunca hemos podido mirar hacia arriba o hacia abajo, condenados a una vista ecuatorial eterna de nuestra estrella madre.

Pero la tecnología espacial europea acaba de romper esa prisión gravitacional de miles de millones de años. Y lo que han encontrado en el polo sur solar es tan extraño que los científicos admiten que no sabían qué esperar porque, literalmente, estaban mirando territorio completamente desconocido.

El secreto mejor guardado del Sol

La Agencia Espacial Europea ha compartido las primeras imágenes jamás captadas del polo sur del Sol, cortesía de la sonda Solar Orbiter, marcando un hito histórico en nuestra comprensión de la estrella. Lo que muestran estas imágenes no es el orden que esperábamos, sino un tumulto magnético que está reescribiendo los libros de texto de física solar.

Para lograr esta hazaña, la Solar Orbiter tuvo que realizar una maniobra extremadamente compleja y costosa en combustible. Utilizando a Venus como trampolín gravitacional en varios sobrevuelos, la nave espacial logró catapultarse fuera del plano eclíptico, alcanzando un ángulo de visión de 17 grados por debajo del ecuador solar. Es el equivalente espacial a escalar una montaña imposible solo para echar un vistazo al otro lado.

La misión Ulysses, lanzada en 1990, fue la única que había volado lo suficientemente alto para ver los polos solares, pero no llevaba cámaras. Durante tres décadas, los astrónomos han tenido que conformarse con modelos teóricos y extrapolaciones. Ahora, con las imágenes del Polarimetric and Helioseismic Imager de la Solar Orbiter, finalmente pueden ver lo que realmente ocurre en estas regiones ocultas.

Y lo que han encontrado es desconcertante. El Sol está atravesando su máximo solar, el período de mayor actividad en su ciclo de 11 años, y esto ha convertido sus polos en un campo de batalla magnético. Las imágenes muestran que el polo sur presenta señales de campos magnéticos tanto de polaridad norte como sur, todos ellos débiles comparados con las potentes bandas magnéticas del ecuador solar.

En términos más simples y entendibles: nuestro Sol, en este momento, no tiene polos magnéticos claramente definidos. Es como si una brújula gigante cósmica hubiera perdido completamente su orientación. Este fenómeno es temporal y forma parte del proceso en el que el campo magnético del Sol se invierte completamente, algo que ocurre cada 11 años pero que nunca habíamos podido observar directamente.

Los datos recopilados durante años por el instrumento SPICE (Spectral Imaging of the Coronal Environment) han permitido a los científicos rastrear cómo el material solar viaja a través de las diferentes capas de la estrella. Esta información podría ser crucial para resolver uno de los mayores misterios solares: el origen del viento solar, esas ráfagas de partículas energéticas que barren todo el sistema solar y pueden afectar nuestros satélites y redes eléctricas.

El director del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar en Alemania reconoció que enfrentaban una incógnita absoluta antes de estas observaciones. Los polos del Sol eran, en sus propias palabras, terra incognita, territorio completamente desconocido para la ciencia humana hasta ahora.

Lo más emocionante es que esto es solo el principio. La Solar Orbiter ya ha fotografiado el polo norte solar, y esas imágenes llegarán a la Tierra en noviembre. La nave continuará en su órbita actual hasta diciembre de 2026, cuando realizará otro sobrevuelo de Venus para alcanzar un ángulo aún más pronunciado de 24 grados.

Cada grado adicional de inclinación orbital representa una ventana más amplia hacia los secretos solares. Y con el Sol acercándose a su mínimo solar en los próximos cinco o seis años, los científicos tendrán la oportunidad única de observar todo el proceso de reorganización magnética desde una perspectiva que ningún ser humano ha tenido antes.