Tecnología
Campeones de internet
La hiperconexión a la red de internet ha tenido, de manera especial, una gran acogida en una serie de países muy determinados: Estonia, Israel, Canadá o Corea del Sur. Ellos han visto la oportunidad.
Hoy en día existen todo tipo de terapias para «desengancharse» de la red. De internet, obviamente, ¿o hay otra red posible? Sin embargo, en una sociedad hiperconectada y digitalizada a marchas forzadas, como en todo, existen distintos niveles de conexión. En muchos lugares, la vida digital se ha vuelto indivisible de la vida cotidiana. Nuestra vida digital, según los estudios realizados a este propósito se bareman según la disponibilidad de servicios del gobierno en internet; la facilidad de obtener un número de teléfono móvil local; la disponibilidad de internet de alta velocidad en el hogar; los pagos sin efectivo o el acceso abierto a internet. Un caso especial de país hiperconectado es Estonia. El programa e-Estonia patrocinado por el gobierno ha introducido sistemas de voto electrónico, salud electrónica, banca electrónica e incluso residencia electrónica. Esto permite que los no ciudadanos que soliciten una residencia virtual que les otorgue beneficios como una tarjeta de identidad, servicios bancarios, procesamiento de pagos y la capacidad de formar una empresa. Y con los pros, los contras. Estonia fue la primera nación en sufrir un ataque cibernético contra todo un país en 2007. El ataque bloqueó los sitios web y paralizó toda la infraestructura de internet del país. Nadie es perfecto, apuntarían en lugares más meridionales. Pero de los errores también se aprende. Como resultado de los ataques, la OTAN creó un manual para abordar la guerra cibernética internacional y Estonia propuso crear el Centro de Excelencia de Defensa Cibernética Cooperativa de la OTAN, para prevenir y abordar futuros ataques. Finlandia, Israel o Canadá están también entre los países con mejores infraestructuras para acceder a internet. Helsinki incluso se convirtió –allá por 2010– en el primer país del mundo que reconoció a todos sus ciudadanos el derecho a tener acceso a una conexión de banda ancha. Situaciones que podrían parecernos un tanto extrañas pero que a ellos –los fineses–, muestran lo ajeno que es la hiperconexión a internet en este lado de Europa.
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