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Los horrores de Pac-Man: narcóticos, pesadillas y adicción

Aunque se trata de uno de los videojuegos más famosos del mundo, algunos jugadores subrayan sus efectos negativos: “He llegado a ver manchas de sangre en un joystick”

Gif Pacman
Gif PacmanGiphyArchivo

Pac-Man es para muchos un personaje simpático. Algo así como un juego gracioso. Sin embargo, 40 años después de su lanzamiento al mercado, muchas personas reconocen que oculta una realidad más oscura y mucho más acorde con el nombre que se le dio en español: comecocos.

Adicción, horror y angustia son sólo algunas de la teorías que algunos escritores y jugadores han resaltado respecto al lado oscuro y poco conocido que presenta, al menos para ellos, el clásico juego de Namco. Tal y como recoge The Guardian, el juego puede tener un efecto narcótico y adictivo sobre las personas. Así lo entienden dos escritores británicos, Martin Amis y Marcus Brigstocke. El primero de ellos resaltó, en su libro Invasion of the Space Invaders, las propiedades esclavizantes del juego, que es capaz de mantener enganchado a las personas a un a costa de su salud.

“He visto manchas de sangre en el joystick de Pac-Man”, explica Amis. “En concreto, una joven actriz con un caso tan grave que su dedo índice parecía una porción de puding sangriento. Aun así ella jugaba y jugaba a través de sus lágrimas de dolor”. Brigstocke, por su parte, compara el papel de los juegos de Namco en la cultura del éxtasis. “Si Pac-Man nos hubiera afectado de niños, estaríamos recorriendo habitaciones oscuras, mascando píldoras y escuchando música electrónica repetitiva”.

Ansiedad por mantenerse vivo a toda costa

El horror que puede suscitar Pac-Man tiene otra vertiente a juzgar por la obra Trigger Happy, de Stephen Poole. Según Europa Press, para este jugador y escritor, este videojuego es el precursor del género llamado survival horror, en el que se encuentran títulos como Resident Evil o Silent Hill. Porque, como entiende Poole, se trata de mantenerse vivo a toda costa en una localidad claustrofóbica acosados continuamente por enemigos sobrenaturales.

Asimismo, la obra de Poole ofrece otra teoría, que sitúa a personaje como el prototipo de consumista moderno. “Con sus fauces boquiabiertas obsesivamente, claramente sólo quiere una cosa: sentirse lleno, en paz consigo mismo", señaló al citado medio. “Quizá suponga que, si come suficiente, logrará la redondez perfecta. Pero eso nunca puede suceder”. La perspectiva de sobrevivir en una situación asfixiante es compartida por el investigador Alex Wade y el escritor de cómic Zach Weiner. Wade compara el juego con los laberintos imaginados por Jorge Luis Borges, mientras que Weiner lo identifica más con una pesadilla de tipo kafkiano.