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COVID-19: ¿hubo tratamiento milagroso para el Fuenlabrada?

Los síntomas desaparecieron a las 48 horas, se evitaron contagios… ¿qué hay de verdad en todo ello?

DEPORTIVO FUENLABRADA
¿Hubo “tratamiento milagroso” para el Fuenlabrada?CabalarEFE

Son muchos los medios que se han hecho eco del caso Fuenlabrada. La mayoría de ellos señalando lo sorprendente de la mejora de los jugadores gracias a un tratamiento con medicina personalizada. De acuerdo al comunicado publicado por Fagron, los laboratorios responsables del tratamiento, se trata de “una combinación de factores de transferencia inmunitaria (ImunoTF®), Miodesin, vitamina D3, Zinc, y otros nutraceuticos naturales que modulan el sistema inmunológico”. Gracias a ello se consiguió que “entre las 48 horas y 72 horas después de iniciar el tratamiento desaparezca la sintomatología y diez días después el primer miembro del equipo ya daba negativo en la PCR”.

Visto así parece un caso impresionante y con resultados muy alentadores, lo que ha llevado a hablar de tratamiento milagroso o de la capacidad del Fuenlabrada para acabar con el brote en tres días. Vamos entonces a analizar, punto por punto, lo que ha ocurrido.

Primeros contagios

El primer caso en el equipo se había detectado el sábado 18 de julio. El día siguiente hay tres positivos más y el lunes otros seis. Tres días después, jueves 23 de julio, los positivos sumaban 16 y el sábado llegaron a los 28 (8 de ellos en Madrid).

Inicio del tratamiento

De acuerdo con el comunicado antes mencionado de Fagron y el del propio club, el tratamiento se comenzó a administrar el domingo 26 de julio en el hotel de concentración en A Coruña. A las 72 la sintomatología clínica había desaparecido y diez días llega el primer negativo… Algo que había ocurrido 19 días antes, cinco más de los que en promedio y para una persona sin condiciones subyacentes, tarda en pasar de positivo a negativo. Por lo tanto, el tratamiento no curó a los jugadores del Fuenlabrada, sino el lapso habitual de la enfermedad.

Estudios científicos

Ambos comunicados, el del Fuenlabrada y el de Fagron, hablan de dos estudios publicados en PubMed y en Journal of Personalized Medicine. Pero hay letra pequeña: “Fagron ya presenta dos publicaciones científicas sobre el tratamiento en publicaciones de prestigio basadas en un estudio observacional retrospectivo en pacientes curados de COVID-19 en Barcelona durante el confinamiento”. Primero, no son estudios, sino revisiones (la diferencia básica entre un estudio y una revisión es que en esta última no hay investigación original, los datos se basan en análisis realizados por otros). Y no son dos revisiones, sino la misma, publicada en dos medios distintos: Postulated Adjuvant Therapeutic Strategies for COVID-19 (Estrategias terapéuticas adyuvantes postuladas para COVID-19) y, como reza su título, son propuestas que ayudan

¿Estudio aprobado?

Según el comunicado de Fragon, “el Comité de Ética del Hospital del Mar aprobó el estudio observacional retrospectivo de 20 personas que siguieron este tratamiento dando fantásticos resultados”. Nos comunicamos con el Hospital del Mar y lo que allí nos dijeron desde el departamento de Prensa fue que “nosotros sólo explicamos qué requisitos debía cumplir el ensayo para considerarse válido, esa fue nuestra única aportación”. Por lo tanto, el mencionado hospital no aprobó ningún estudio, perdón: ninguna revisión.

Revisión

En la conclusión de lo publicado por Fagron (los tres autores forman parte del laboratorio), se puede leer textualmente que “el presente artículo de revisión plantea la hipótesis de que la combinación de agentes aquí propuesta puede jugar un papel en la recuperación de los pacientes con COVID-19, aunque ahora es necesaria una evaluación en ensayos clínicos controlados y aleatorizados para confirmar el potencial terapéutico de los agentes terapéuticos descritos”. Es decir, se trata de una hipótesis que necesita ensayos clínicos para confirmar que puede ayudar en la recuperación, pero no habla de cura.

El producto

Y ahora toca hablar sobre el el suplemento desarrollado por Fagron. Primero aclarar que no es un fármaco, sino, como ellos mismos lo describen se trata de un suplemento. La diferencia es que un fármaco debe pasar muchos más controles y ensayos, mientras que un suplemento alimenticio, no.

“El principal componente de la ImmunoFórmula – señalan desde Fagron – es el propio Imuno TF®, un suplemento nutricional compuesto por oligo y polipéptidos procedentes de bazos porcinos”.

Para comprender un poco más esto, hablamos con José Manuel López Nicolás, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Murcia.

“Esto no es un fármaco – nos confirma López Nicolás en conversación telefónica –, es un suplemento los suplementos alimenticios no tienen que pasar todas las pruebas de los fármacos, los ensayos clínicos, etc. Según los ingredientes que tengas, puedes decir una serie de alegaciones. Hay cosas que puedes decir y otras que no. Esto permite que, por ejemplo, si tiene una determinada cantidad de vitamina C ( la recomendada por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) se puede decir que ayuda al sistema inmunitario. Esta agencia tiene todas las alegaciones de salud que se pueden hacer con los ingredientes que se utilizan en alimentación. Si no está en esta lista, no puedes legalmente decir que es bueno para el sistema inmune.

Por ejemplo, la ley no permite que suplementos con resveratrol o interferón sean vinculados a una relación positiva con el sistema inmunitario, porque no hay prueba de ello. Este producto se puede relacionar con el sistema inmunitario, porque lleva vitamina D6, determinados minerales… Pero que ayude al normal sistema inmunitario no quiere decir que tenga algo que ver con el coronavirus”.

De acuerdo con Fagron, el InmunoTF “modula el sistema inmunitario” y modular, de acuerdo con la RAE es “modificar los factores que intervienen en un proceso para obtener distintos resultados”. ¿Puede este suplemento modificar de algún modo el sistema inmunitario?

“De acuerdo con la ley – nos explica López Nicolás –, puedes decir que ayuda al normal funcionamiento del sistema inmunitario, pero la ley también te permite decir alguna frase similar. Y un juez no se va a meter en determinar la diferencia entre ayudar y modular. Es un producto legal, no es un timo, pero ¿es ético? Eso ya cada uno debe responderlo. El problema es que yo puedo tener la hamburguesa hecha con la peor carne del mundo, con el aceite con más grasas dañinas, que si le agrego un chorro de limón, puedo decir que es la primera hamburguesa que ayuda al sistema inmunológico. Esto ocurre porque se analiza un producto por un ingrediente y no por todos los que tienen el producto. La vitamina C, por ejemplo tiene 12 alegaciones según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, vinculadas a la salud, como que ayuda al sistema inmunitario o a la vista o al sistema nervioso…Y así puedo sacar 12 productos con etiquetas distintas, pero que son el mismo producto en realidad”.

El InmunoTF suministrado a los jugadores del Fuenlabrada es un nutracéutica, una palabra compleja pero que se explica de modo muy simple. “El concepto de suplemento nutracéutico – concluye López Nicolás – es muy sencillo. El alimento funcional es por ejemplo una leche enriquecida con vitamina D y el alimento nutracéutico es la pastilla. ¿Los necesitamos? Según las encuestas dietéticas, los españoles no las necesitamos. Y si aún así eres un yonki de esas vitaminas, puedes conseguirlo en los alimentos por un precio más económico y con concentraciones más altas”.

Conclusión

Los miembros del equipo del Fuenlabrada que dieron positivo por COVID-19 no se curaron por el tratamiento, ya que este no se desarrolló con ese objetivo, sino para “jugar un papel en la recuperación de los pacientes”. No hubo milagros de ningún tipo, ni se detuvo el brote en tres días. Y, en todo caso para confirmar su efectividad, aún faltan ensayos clínicos.