Futuro

¿Te comerías un chuletón impreso en 3D? Así es el primero de la historia

La empresa Aleph Farms ha desarrollado una técnica de bioimpresión que promete carne con el mismo sabor y jugosidad que la puedes comprar en un supermercado

Impresión 3D
Impresión 3DAleph Farms

El día que Danny Zuko y Sandy tuvieron su primera cita, él no se pudo resistir: “No tengo mucho hambre, sólo quiero una hamburguesa especial con mostaza y cebolla, un batido de fresa y un helado de chocolate”. Esta es una muestra de cómo, casi sin darnos cuenta, este plato ha empezado a ocupar un lugar destacado dentro del imaginario colectivo. De ahí que existan tantas versiones como personas y que, con la intención de llegar a aún más gente, se siga intentando dar con la hamburguesa perfecta. El último intento: imprimir la carne. Sí, a través de una impresora. De hecho, así es como se ha creado el primer chuletón impreso en 3D de la historia.

Ahora bien, ¿qué pasa con la textura y el sabor? Son iguales. Todo parece indicar que es imposible, pero la realidad dice otra cosa. Esta técnica de bioimpresión 3D desarrollada por la empresa Aleph Farms promete ambas características como si la carne la estuvieses comprado en tu supermercado de confianza. “Lo mejor de esta tecnología es que es capaz de controlar el proceso incorporando más o menos grasa o haciendo la fibra muscular más gruesa o más delgada”, ha explicado al respecto Didier Toubia, CEO de la compañía, en una entrevista para The Observer.

Esta idea no deja de ser una alternativa más a la producción animal con el fin de de salvar el planeta. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el sector ganadero genera más gases de efecto invernadero que el sector del transporte. También es una de las principales causas del calentamiento del planeta, la degradación de las tierras, la contaminación atmosférica y del agua, así como la pérdida de biodiversidad. De la misma forma, tal y como ssostiene Toubia, además evitaría la transmisión de virus de animales a personas.

Impresión 3D
Impresión 3DAleph Farms

Atendiendo a los estudios más conservadores, para producir un kilo de carne de vacuno harían falta alrededor de 3.700 litros de agua, por lo que esta alternativa de producción no sería tan descabellada. Y, es más, sería una manera de evitar las altas ingestas de carne roja y procesada culpables del aumento de enfermedades cardiovasculares.

Por el momento, tan sólo Singapur permite la comercialización de este tipo de carne producida in vitro. Sobre ello, la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos) y la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) ya han comenzado sus primeros debates al respecto, aunque aún no se han pronunciado.

El caso de Impossible Food

A pocos kilómetros de la Bahía de San Francisco, la compañía Impossible Food ha diseñado una hamburguesa a base de plantas que sangran cuando se cocinan . El producto, que no contiene carne, se elabora a partir de un ingrediente llamado leghemoglobina de soja (más conocida como Heme), una sustancia que se produce normalmente en las raíces de las plantas y que se obtiene en el laboratorio a partir de levaduras genéticamente modificadas.

Pero, ¿habrían notado la diferencia Sandy y Danny en los años 50? Posiblemente no. De hecho, su aceptación ha sido tan alta que sus ventas han aumentado un 24% en Estados Unidos respecto al año pasado.