RV
Un fundador de Oculus crea unas gafas de realidad virtual que pueden matarte en la vida real
Palmer Luckey ha decidido llevar la inmersión que ofrece el último modelo de gafas RV de Meta, Quest Pro, un poco más allá de lo razonable
Es difícil saber cuánto hay de sorna y de realidad en el proyecto anunciado por Palmer Luckey, especialmente teniendo en cuenta lo improbable de encontrar un voluntario que lo verifique. El cofundador de Oculus VR, la compañía que lanzó en 2016 las primeras gafas de realidad virtual que encontraron el éxito comercial, Oculus Rift, ha presentado en su blog su última creación en el campo del hardware de realidad virtual: unas Meta Quest Pro modificadas que estallan y matan al portador cuando el juego indica que es Game Over.
El anuncio es llamativo por varios motivos. Luckey lleva años desvinculado de Oculus VR y la realidad virtual, tras su despido de la compañía que cofundó en 2012. Facebook, hoy Meta, la compró en 2014 y la primera generación de Oculus Rift salió a la venta en 2016. En 2017Facebook despidió a Luckey después de varios meses de polémica tras publicarse que había donado dinero a un grupo pro Donald Trump y que algunos estudios de desarrollo dejaran de trabajar temporalmente con Oculus VR como protesta.
Facebook siempre negó que hubiera motivaciones políticas tras la marcha de Luckey, quien nunca se ha manifestado sobre este tema, y llegó a un acuerdo por el que el cofundador de Oculus VR recibió 100 millones de dólares. Tras su salida de Oculus VR, Luckey fundó la empresa de tecnología militar Anduril Industrias mientras que Meta ha continuado sacando nuevas versiones del dispositivo que ayudó a crear. La última, las carísimas Meta Quest Pro(desde 1799,99 euros) que la compañía ha lanzado recientemente.
Son precisamente estas las que ha modificado Luckey para crear lo que ha denominado sus NerveGear. El nombre proviene de un dispositivo presente en la serie de novelas de ficción Sword Art Online que consiste en unas gafas de realidad virtual que puede bombardear el cerebro del usuario con microondas hasta matarlo cuando pierde la partida que está jugando.
Sin embargo, la idea de Luckey no es tan sofisticada. “Soy un tipo bastante inteligente, pero no se me ocurrió ninguna forma de hacer que algo como esto funcionara, no sin conectar el dispositivo a equipos gigantes”, explica en su blog. En su lugar, “usé tres de los módulos de carga explosiva que suelo usar para un proyecto diferente, vinculándolos a un fotosensor de banda estrecha que puede detectar cuando la pantalla parpadea en rojo a una frecuencia específica, haciendo que la integración del juego terminado por parte del desarrollador sea muy fácil. Cuando se muestra una pantalla apropiada de finalización del juego, las cargas se disparan y destruyen instantáneamente el cerebro del usuario.”
Luckey, quien se reconoce fascinado por la idea que la vida real dependa de lo que le suceda a su avatar digital, cree que la manera de hacer que un videojuego se sienta real es “la amenaza de graves consecuencias”, pero reconoce que aún faltan años para perfeccionar su invento. “Las buenas noticias son que estamos a medio camino de crear un NerveGear auténtico. Las malas son que solo he conseguido la parte que te mata”, explica.
Entre sus planes se encuentra incluir un mecanismo anti manipulación que haga imposible quitarse el dispositivo o destruirlo, pero aún así “hay una gran variedad de problemas que podrían ocurrir y matar al usuario en el momento equivocado. Es por eso que no he tenido las pelotas de usarlo yo mismo”. Por el momento es solo “una obra de arte de oficina, un recordatorio que invita a la reflexión de los caminos inexplorados en el diseño de juegos”.
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