El mundo a los pies de Pokémon Go

Es el último éxito en videojuegos. Es una app de realidad aumentada que tiene en las calles su escenario.

Cuando mis hijos eran pequeños solíamos jugar a la lucha Pokémon. El cuadrilátero era la cama y los combatientes eran Charizard (mi hijo mayor), Umbreon (la niña) y yo era Articuno. El objetivo era sencillo: había que atrapar al enemigo, que siempre era Articuno, y echarlo del cuadrilátero. Hasta que cumplieron nueve años Articuno permaneció invicto. Y luego lo dejaron y se fueron, evolucionaron, podríamos decir. Pero ayer los «niños» (17 y 16 años), me dijeron: «¿Jugamos una lucha Pokémon?». A mí, para qué negarlo, se me saltó un lagrimón (algo no muy difícil teniendo en cuenta que tengo el gen nostálgico muy activo en sangre) y fui corriendo a la cama. Allí me esperaban los dos zánganos, jugando con sus móviles mientras yo parecía haberme mimetizado con el gotelé (que no sé si se escribe así, pero no voy a molestar a Pérez Reverte).

Así pasamos las siguientes dos horas, ellos capturando Pokémon por todo el barrio, yo siguiéndolos y mi mujer intentando atraparnos para la hora de la cena. De todo esto he aprendido dos cosas: todo lo que hay que saber sobre Pokémon Go y que hoy me toca cocinar a mí.

¿QUÉ ES POKÉMON GO?

Se trata de una app de realidad aumentada que se descarga en las tiendas oficiales (Android e iOS por ahora) y, utilizando el GPS y la cámara del smartphone, persigue a Pokémon por todo el mundo. Literalmente. El objetivo es capturar la mayor cantidad de Pokémon posibles (nota de traducción: el plural de Pokémon es Pokémon, decir Pokémones es como decir «esmártofones»).

Por ahora hay 150 disponibles, pero el número se ampliará al cuádruple con la llegada de Pokémon X/Y y de Pokémon Sun and Moon.

DESCARGADO... ¿Y AHORA QUÉ?

El GPS del smartphone realiza un mapa de la zona en la que nos encontramos y nos indica cuán cerca estamos de un Pokémon. Cuando nos acercamos lo suficiente el monstruo de bolsillo (traducción sui generis de Pokémon) se manifestará en la pantalla del móvil, quizás sobre un coche, detrás de un árbol o en un portal. Obviamente, sólo será visible para quien tenga el teléfono. Así que cuidado con vociferar para que salga o se manifieste: sólo los profetas tienen este derecho. A los demás nos toman por locos. En ese momento se le lanzan Pokébolas (basta mover el dedo en la pantalla de forma rápida) para que pasen a formar parte de nuestro ejército. Así se logran puntos y derecho a combatir contra otros jugadores. Básicamente, el jugador es un entrenador que, a medida que avanza, sube de nivel. El problema es que las pokébolas son limitadas y para obtener más hay que cambiar de ubicación.

¿SE PUEDE JUGAR SIN SALIR DE CASA?

La respuesta rápida es sí, si se tiene dinero para gastar. Hay algunas formas de comprar objetos, pero se vuelve un juego aburrido y, literalmente, muy estático. Lo mejor es explorar. Los traslados premian a los jugadores con «huevos», Pokémon que aún no han salido del cascarón, y para incubarlos hay que caminar... entre 5 y 10 kilómetros.

¿HAY ALGÚN BENEFICIO SECUNDARIO?

Muchos. Visitar un museo, por ejemplo, se premia. Al igual que hacer actividad física. Pero cuidado con invadir la propiedad privada: hay quienes han ingresado en aparcamientos o jardines sólo para capturar a estos monstruos.

¿Y RIESGOS?

Ya se sabe de una persona que, buscando Pokémon, ha encontrado un cadaver; ocurrió (obviamente) en Estados Unidos. También se sabe de una banda que vigilaba los sitios aislados en los que había Pokémon para robarles el dinero. Los golpes, distracciones y lesiones provocadas por ir prestando atención al móvil también se han disparado.

¿QUÉ SUCEDE CUANDO TENGO UN NÚMERO SUFICIENTE DE POKÉMON?

Sin entrar en la disquisición de cuánto es suficiente, el juego tiene la capacidad de hacerse más complejo. A medida que avanzamos y subimos de nivel se obtienen pociones, polvo de estrellas y otras herramientas que aumentan nuestra capacidad como entrenador. Es posible cambiar los Pokémon con otros jugadores y así aumentar o diversificar el ejército.

¿HAY COMPRAS INCLUIDAS EN LA APP?

Sí, es posible comprar algunas ayudas. Pero también se está por lanzar una suerte de brazalete, ya para fanáticos, que alerta de la presencia de un Pokémon cerca sin necesidad de tener que tener el móvil encendido.

¿ES REALMENTE TAN BUENO COMO DICEN?

Es muy entretenido. Hay fallos que pueden tener que ver con la conectividad: los Pokémon reaccionan tarde o no se «enteran» de que han sido capturados. Otros se pierden, hay distorsiones de sonido o la app requiere que se ingrese más de una vez el nombre de usuario. Muchos de estos fallos pueden tener que ver con la conectividad o con haberse descargado el juego de una página no oficial. Pero la realidad (aumentada) es que apela a un sentimiento inherente en casi todos los seres humanos: las ganas de explorar y la imaginación. Y el valor de Nintendo ha aumentado 9.000 millones de dólares desde que comenzó la moda.

COSAS A TENER EN CUENTA

Fundamental: al usar la cámara y el GPS, tener la pantalla activa y el procesamiento propio de una app, Pokémon Go consume una buena parte de la batería. Jugar más de dos horas puede tener serios riesgos para el consumo energético.

Al llegar la moda, pero no la app (todavía), hay quienes se han arriesgado descargándose el juego de sitios no oficiales. Cuidado con esto. Los permisos que requiere el juego son muy personales como para darlos a un programa de un sitio no protegido.

QUE NO TE CAPTUREN

La política de privacidad de Niantic (creadora del juego) señala que ellos pueden saber nuestra dirección de correo, IP, páginas que hemos visto antes de ingresar al juego, nombre de usuario y ubicación. Y, si uno entra a través de la cuenta de Google, Niantic tiene acceso completo a ella. Y completo quiere decir que puede leer todos los correos y abrir todos los archivos. A menos que esta opción se elimine, algo que se configura en la parte de ajustes de privacidad del juego.