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Investigación

Esta es la edad en la que el cerebro humano alcanza su máximo rendimiento

Los autores de una nueva investigación publicada en Intelligence han estudiado cómo cambian nueve grandes áreas con los años

Esta es la edad en la que el cerebro humano alcanza su máximo rendimiento. Milad Fakuri / Unsplash.

Ya no se estila tanto, pero en siglos pasados solía haber, socialmente, un mayor respeto a lo que supone acumular experiencia en la vida y la opinión que podían tener las personas de más edad solamente por ese hecho y porque se les presumía el buen juicio. Este enfoque se ve ahora respaldado por una investigación que revela a qué edad alcanza el cerebro humano su máximo rendimiento.

El metaanálisis publicado en Intelligence indica que, si entendemos el ‘rendimiento’ mental como la combinación de habilidades cognitivas y rasgos de personalidad que predicen decisiones acertadas y éxito profesional, el punto álgido del cerebro humano llega en la madurez: entre los 55 y los 60 años.

Los psicólogos Gilles E. Gignac y Marcin Zajenkowski, autores de la investigación, han integrado resultados de 9 grandes estudios realizados entre 1993 y 2025, estandarizado las medidas y creado un índice compuesto para localizar el pico funcional. El hallazgo encaja con otra realidad conocida como que los picos de logro profesional y liderazgo suelen darse en la segunda mitad de la vida.

Capacidades a distintas velocidades

La clave está en que no todas las capacidades siguen la misma curva. Las ‘mecánicas’ del pensamiento -razonamiento fluido, memoria operativa y velocidad de procesamiento- alcanzan su máximo alrededor de los 20 años y declinan gradualmente.

En cambio, otras dimensiones útiles para decidir bien y rendir en trabajos complejos mejoran durante décadas: el conocimiento acumulado (inteligencia cristalizada), la estabilidad emocional, la responsabilidad (disciplina y fiabilidad), la inteligencia emocional, la alfabetización financiera y la resistencia al sesgo del coste hundido, siendo esto último la capacidad de ‘cortar pérdidas’. Es decir, no seguir invirtiendo tiempo o dinero en algo solo porque ya hemos invertido. La evidencia muestra que esa resistencia aumenta con la edad.

El equipo recopiló datos sobre cómo cambian con la edad nueve grandes áreas: capacidades cognitivas, rasgos de la personalidad (los llamados Big Five: apertura a la experiencia, responsabilidad, extraversión, amabilidad y estabilidad emocional), inteligencia emocional, alfabetización financiera, razonamiento moral, resistencia al coste hundido, flexibilidad cognitiva, empatía cognitiva y ‘necesidad de cognición’ (gusto por el esfuerzo mental).

Los datos se convirtieron a la misma escala y se compararon dos modelos de ponderación: uno ‘convencional’, que da más peso a inteligencia y personalidad, y otro ‘amplio’, que integra con más protagonismo las competencias aplicadas. Ambos sitúan el pico en la madurez, pero divergen en los extremos; con el enfoque convencional, los mayores quedan por debajo de los jóvenes y con el amplio, mayores y jóvenes quedan casi a la par.

De acuerdo con el estudio, si buscamos perfiles idóneos para decisiones de alto riesgo (empresa, administración, política), la franja con mejor equilibrio entre rapidez mental, experiencia, estabilidad y criterio estaría entre los 40 y los 65 años. No porque la juventud no sirva -sigue destacando en tareas que exigen cálculo rápido y aprendizaje de reglas nuevas-, sino porque el rendimiento real del mundo profesional rara vez se decide solo por la velocidad de cómputo. Pesan también el conocimiento acumulado, la calma bajo presión y la resistencia a sesgos.

Así, los investigadores concluyen que el cerebro joven es más rápido mientras que el maduro es más completo. ‘La edad, por sí sola, no fija la capacidad global: el rendimiento depende de cómo se combinan y aplican, con la experiencia, distintas habilidades que ascienden o descienden a lo largo de la vida’, afirman en el estudio. Por eso, el máximo llega en la segunda mitad de la vida.