Ciencia y Tecnología

La otra guerra: ¿Se puede legislar la tecnología?

La decisión de EE UU de no vender los móviles de Huawei ha puesto sobre la mesa un problema de consecuencias imprevisibles

La otra guerra: ¿Se puede legislar la tecnología?
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La decisión de EE UU de no vender los móviles de Huawei ha puesto sobre la mesa un problema de consecuencias imprevisibles.

La trama es digna de una novela. Hay espías, gobiernos rivales, acuerdos millonarios y tecnología punta. La campanada la dio Richard Yu, CEO de Huawei, en el reciente CES cuando saliéndose del discurso planificado, arremetió contra las teleoperadoras estadounidenses (AT&T o Verizon por ejemplo), por dar marcha atrás en el trato que tenían para vender sus móviles en aquel país. Pero la realidad indica que todo habría sido una orden del gobierno que no se fía de la seguridad de los móviles chinos (Huawei y ZTE son los señalados) y, si bien permite comprarlos en tiendas, no da el visto bueno para acuerdos con las teleoperadoras. Y esto es fundamental ya que son ellas quienes comercializan el 90% de los móviles en EE UU. El acuerdo se frustró por un informe realizado por miembros del Congreso de EE UU en el que señalan su preocupación por las implicaciones para la seguridad nacional. El informe, que duró 11 meses, fue enviado a Ajit Pai, director de la Comisión Federal de Comunicaciones y el que impulsó la campaña para acabar con la neutralidad de internet en EE UU.

Antedecentes

Pero la realidad es que la historia comenzó mucho antes, más precisamente el 8 de octubre de 2012. Por aquel entonces el Comité de Inteligencia del Congreso de Estados Unidos publicó un informe (Investigative Report on the U.S. National Security Issues Posed by Chinese Telecommunications Companies Huawei and ZTE, para quien quiera buscarlo) en el que hablan de una clara amenaza a la seguridad nacional por posible vulnerabilidades en los dispositivos Huawei y ZTE. Lo interesante del informe son las pruebas. La primera es que China tiene motivos para querer espiar a Estados Unidos... sí esa es una prueba según el informe. Sin especificar nada más. Otra evidencia que esgrimen los autores es que «Huawei se negó a dar su plan de desarrollo de I+D para los próximos años» y también porque hay «claras evidencias de que Huawei no cumple con las leyes estadounidenses», lo que suena extraño, teniendo en cuenta que no debería poder hacer negocios si no cumple con las reglas locales.

Otros ejemplos

La tecnología se está convirtiendo en el petróleo del siglo XXI y quienes la dominen podrán poner e imponer sus condiciones en las negociaciones. Algunos países buscan proteger, con leyes, a sus ciudadanos, como la reciente acción de Francia contra la obsolescencia programada atribuida a productos de Apple y HP. Hay otros gobiernos, como EE UU, cuyo objetivo es regular y proteger la economía de la nación. Meses atrás, la compañía canadiense Bombardier vio cómo Boeing se quejaba de los bajos precios de sus aviones de la serie C y entorpecía la venta de equipos a las aerolíneas Delta por valor de más de 4.700 millones de euros. Como respuesta EE UU impuso una primera tasa aduanera de 200% y luego otra del 300% a los aviones de Bombardier. Trump consideraba que esta empresa recibía ayuda del gobierno canadiense y que eso les permitía competir con fabricantes estadounidenses. Esto llevó a que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, advirtiera de que si Boeing seguía adelante con sus quejas, cancelaría la compra de 18 cazabombarderos F-18.

Consecuencias

Las dudas del gobierno estadounidense respecto a la tecnología china han hecho que, entre 2016 y 2017, las inversiones del país asiático hayan descendido a la mitad, según expertos del Instituto Americano de la Empresa. Esto es el primer paso. Todas estas disputas, que tienen más que ver con economía que con seguridad nacional: no es extraño que todo haya comenzado cuando Huawei sobrepasaba a Apple y ocupaba el segundo puesto en móviles a nivel mundial y que lo haya conseguido vendiendo apenas un 0,2% de móviles en EE UU. En breve se puede producir una escalada. China podría negarse a seguir fabricando microchips para Apple o para cualquier empresa estadounidense y con ello forzar una división en dos bloques: o conmigo o contra mi. Baidu y AliBaba crecerán más aún, mientras Facebook intenta nuevas alternativas y Amazon no encuentra la estrategia para competir en Asia. El plan Made in China del gobierno, para estimular la producción en diez sectores claves de la tecnología ) fue señalado como proteccionista por la Cámara de Comercio de la UE. La Guerra ha empezado.