Sistema operativo

¿Por qué Apple debería dejar de hacer ordenadores?

El nuevo MacBook Pro es un tímido golpe en la puerta, pero ya es hora de que la «manzana» madure y caiga del árbol: los frutos de la interactividad se le están escapando.

¿Por qué Apple debería dejar de hacer ordenadores?
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El nuevo MacBook Pro es un tímido golpe en la puerta, pero ya es hora de que la «manzana» madure y caiga del árbol: los frutos de la interactividad se le están escapando.

Días atrás tuve la oportunidad de trastear un poco con el nuevo MacBook Pro. A riesgo de «spoiler», el veredicto final es que actualmente se necesita mucho para sorprender con un portátil. Todas las características del nuevo modelo de Apple (desde el procesador, la memoria, hasta la resolución) se corresponden a los avances del mercado y la competencia. Lo mismo ocurre con el diseño, fiel a la marca de Cupertino. Solo hay una sorpresa...o una puesta al día, según cómo se mire. El nuevo MacBook Pro tiene en una de sus versiones una Touch Bar. Integrada en el teclado, se trata de una barra sensible al tacto que permite acceder, como si de una pantalla táctil se tratarse, a las herramientas y aplicaciones más usadas. Puede ser configurada y tiene Touch ID. La idea se agradece, ya que el usuario comienza a tener dos modos de controlar el portátil y, al incorporar Touch ID, facilita el pago y la seguridad desde el dispositivo. Ahora, mientras casi todos los portátiles actuales llevan pantallas táctiles, muchos desde hace años (Microsoft Soft Touch), Apple no cambia para adaptarse o revolucionar el menú tecnológico actual, apenas sazona sus platos con un poco de iPad y lo sirve como nuevo. El problema es que la competencia está haciendo cosas muy interesantes. Una ventaja a menudo sobreestimada de las tabletas sobre el ordenador es su capacidad para ubicarla en cualquier posición. Esto permite trabajar en una tablet como si de una hoja de papel se tratase, lo que la convierte en más intuitiva y versátil. Y si a ello se le agrega un dispositivo como el Surface Dial de Microsoft, las propiedades se incrementan casi exponencialmente. El Surface Dial es, básicamente, un ratón que se conecta wireless a la pantalla táctil y esconde en su interior una «navaja suiza digital». Si los ratones de antes trabajaban en dos dimensiones, éste opera en tres dimensiones y permite manipular todo lo que vemos en la pantalla, desde mapas, hasta colores. Es un acelerómetro y giroscopio, todo en uno y en la mano del usuario. En Apple deberían estar preguntándose cómo ellos tienen un lápiz (el iPencil) y Microsoft una biblioteca. Y por el mismo precio.

Quizás haya llegado la hora de que Apple deje de hacer portátiles, al menos tal y como los conocemos, y comience a desarrollarlos como los queremos y, mejor aún, como es posible.

La versión básica del MacBook Pro cuesta unos 1.700 euros, duplicando el precio del iPad Pro, con igual tamaño de pantalla. Aunque se le agregara el teclado inteligente y el iPencil seguiría siendo unos 500 euros más económico y con pantalla táctil, cámara de 12 MP, capaz de grabar en 4K, ID Touch y la mitad del peso. También se le puede incorporar una tarjeta SIM. Es cierto que no tiene la misma capacidad de procesamiento, pero tampoco le va a la saga a modelos como el MacBook Air. Y si se le agrega un disco duro portátil que mantenga el iPad «limpio», su velocidad puede ser altísima. La capacidad de manipular casi cualquier programa con el tacto, acercando o alejando, ubicando o borrando elementos con un dedo es cómodo y ya forma parte de nuestro tiempo.

Más ventajas: el acelerómetro y el giroscopio lo convierten en una central de entretenimiento para videojuegos y aplicaciones educativas.

Algo que siempre ha llamado la atención en los iPad es su avaricia respecto a los puertos: el último modelo sólo cuenta con un puerto Lightning que actúa de cargador y, con adaptadores, facilita la conexión AV. No tiene USB de ningún tipo.

Así debería ser el próximo «MacPad Pro»

Conectividad:

Contar con al menos tres puertos USB, al igual que el nuevo MacBook Pro. Conservar uno (o mejor dos) puertos Lightning: si los cascos del iPhone nuevo ya tienen este puerto, seguir con la tendencia y que a parte sirva para cargar el iPencil.

Accesorios:

El iPencil es una herramienta muy versátil, con sensor de presión y una muy lograda conectividad con la pantalla. Es portátil como el que más, pero por ello mismo desaprovecha una propiedad imprescindible en la portabilidad: pasar de solo Pencil a Pendrive y servir como memoria externa que permita trasladar archivos de un iPad a un ordenador o hasta un iPhone. El teclado debe convertirse en un accesorio también fundamental. Ya no es necesario el trackpad y por ello la sensación de pulsar las teclas debe trabajarse más para que no sea piel sobre goma.

Procesamiento:

Una reciente comparativa del chip del iPhone 7 y el CPU del MacBook del 2013 realizada por John Gruber, afirmaba que ambos procesadores ya estaban casi empatados. Esto quiere decir que falta poco para contar con un microchip potente y portátil apto para un iPad.

Batería:

Si el iPad se convertirá en el nuevo MacBook (o viceversa) su uso será mucho más amplio y versátil. Ya no alcanzará con supuestas 10 horas de trabajo. Deberá ser 10 horas efectivas en las que se puedan utilizar, simultáneamente, aplicaciones y programas diferentes. Y una funda con cargador solar no estaría nada mal.

Sistema operativo:

Aquí es donde más trabajo tendrán los cerebros de Apple. Si bien OS X (en breve macOS) está un paso por delante del iOS, la diferencia se está reduciendo cada vez más. La compatibilidad (sencilla) entre dispositivos Apple también sería agradecida por los usuarios.