Estreno

June contra Gilead: ¿justicia o venganza?

HBO estrena hoy la cuarta temporada de «El cuento de la criada»

Imagen del tercer episodio de la cuarta temporada
Imagen del tercer episodio de la cuarta temporadaSophie GiraudHulu

Dicen que durante la emisión de la menoscabada gala de los Premios Oscar las preguntas asaltaron a los que vieron el teaser de la cuarta temporada de «El cuento de la criada». «¿Sigue existiendo la serie?», «¿estrenan nueva temporada?». Han pasado casi dos años desde que la serie basada en el mundo distópico de Margaret Atwood terminó la tercera entrega, y que retrasó la siguiente por la pandemia, y parece que haya pasado un siglo. Por eso la vuelta de las aventuras de June Osborn (Elisabeth Moss) y sus seguidoras se espera con tanta expectación. HBO estrena hoy tres capítulos del total de diez que componen esta nueva temporada en la que parece que la luz avanzará sobre las sombras de la lucha de las criadas contra Gilead.

Los propios creadores de la ficción ya avisaron de que mientras en las primeras tres temporadas casi toda la trama estaba supeditada al interior de la mansión de los Waterford y del comandante Lawrence, ahora el cielo se abre ante una June herida de bala y refugiada en una granja canadiense de un viejo comandante y su esposa adolescente (McKenna Grace), y contenta por haber liberado de las garras de Gilead a más de 80 niños gracias al «Vuelo del ángel», pero inconsciente de la ola de consecuencias que tendrá a ambos lados de la frontera su rebeldía. A los espectadores la ficción les prepara momentos dulces en los que las sufridas criadas disfrutan de una vida alejadas del sistema dictatorial de la república, entre risas y en actitudes despreocupadas. Pero no es oro todo lo que reluce y en June siguen bullendo sentimientos, cada vez más acuciantes, que provocarán en ella una reacción que no sabemos identificar: ¿Es justicia o solo venganza?

Guerra contra Canadá

Su cruzada contra Gilead además ha llegado a todos los rincones, y muchos de los personajes ya se cuestionan el sistema de vida que les fue impuesto. Los propios Comandante Lawrence (Bradley Whitford), que sigue enfrascado en la diplomacia por no tomar parte, y Tía Lydia (Ann Dowd), obsesionada con June. Ambos quedan marcados por los actos de ésta, al igual que las noticias que llegan hasta Nick (Max Minghella), en unos visos en los que se adivina que sigue enamorado de la protagonista a pesar de la traición de ambos. Además, el matrimonio de Serena y el comandante Waterford (Joseph Fiennes e Yvonne Strahovsky), debe cargar con ser prisioneros en Canadá, acusados de los horrores causados por el régimen, aunque no todo serán sinsabores. Además, el país refugio se enfrentará a una posible guerra con la república y la tarea difícil de tratar de contentar a unos niños exiliados que no se adaptan bien a su nueva libertad alejados de los únicos padres que conocen. Esta labor hará más difícil el trabajo de Moira, Luke y Emily. La calma que parece que rodea a las criadas libres comandadas por June no dura mucho, pues la protagonista parece decidida a elegir entre libertad o muerte y enseguida la trama va ganando tensión volviendo a meter al espectador en una espiral de violencia y venganza, que como explican sus creadores, «amenaza con consumirla y destruir sus relaciones más queridas».

Pronto la huida volverá a ser la razón de ser de June, porque su revolución es más grande que ella, aunque todos la identifican como la líder indiscutible, mientras otros dudan de que una insignificante criada pueda haber hecho tanto daño a la todopoderosa Gilead.

El tercer capítulo de esta cuarta temporada de diez, de la que Elisabeth Moss ha dirigido tres, devuelve la ficción a la «tortura pornográfica» y explícita que no sabemos qué deparará a la protagonista de la distopía, aunque sea lo que sea nos llevará hasta una quinta temporada que ya está confirmada, aunque esperemos que no tengamos que esperar casi dos años para verla.

La serie se aleja de la secuela de Margaret Atwood