El balance
Benidorm Fest: Un festival a prueba de polémicas
El certamen se ha convertido, en su primera edición, en una referencia de propuestas musicales con mensajes como el feminismo o la identidad cultural
La memoria es muy corta. Ahora el innovador formato del Benidorm Fest parece reducido a un «eurodrama», donde se cuestiona la objetividad del jurado casi como la del árbitro de un Clásico o la final de un Mundial. Pero la semana pasada dio para mucho. RTVE comenzaba este proyecto con el objetivo de hacer «El festival que quieres, el festival que tú quieres», intentando que la audiencia sea realmente partícipe del camino de España hacia Turín.
Además, ha querido dar el espacio merecido a la comunidad eurofan, acreditando a multitud de medios especializados y atendiendo sus preferencias en las actuaciones invitadas en las tres galas. Pero, por si fuera poco, no hay que olvidar que este festival se ha organizado en plena nueva ola pandémica, algo que inevitablemente ha acabado afectando con el positivo de Gonzalo Hermida. Pero a pesar de este contratiempo la organización seguía para delante con valentía y ponía en marcha el plan de contingencia ya previsto. Además, lejos de que la «teleactuación» pudiese perjudicar al resultado de Hermida, éste se acababa «colando» en la gran final.
Incluso la polémica habla del impacto que ha alcanzado El Benidorm Fest. Si hace unos días el monotema era qué pecho iba a enseñar Rigoberta Bandini, ahora toda España se lleva las manos a la cabeza porque no nos represente en Eurovisión una canción en gallego y con panderetas. Así RTVE cumplía su pretensión de que el festival fuese más allá de la música y hubiese propuestas con mensaje, como el arraigo cultural, la defensa de las lenguas cooficiales, el feminismo o la diversidad sexual, a la que Unique quiso hacer referencia con su ya famoso beso.
Que haya ganado Chanel no es más que el reflejo del espíritu que ha tenido esta primera edición. Como la propia artista hispanocubana ha reconocido, «'SloMo’ es una llamada al empoderamiento femenino. Quien no lo vea que lea un poquito, porque significa garra, que se nos escuche y no que se nos cuestione por cómo vamos vestidas». Chanel tampoco ha querido eludir la polémica por su pasada vinculación profesional con la coreógrafa del jurado: «Hace 4 años que no hablo con ella. Ella ha trabajado con muchas candidaturas que han optado a Eurovisión y con otras personas de quienes no se ha hablado. En la profesión nos conocemos todos».
Así, tampoco es casualidad el mensaje feminista que España va a llevar a Turín, ya que sus ideólogas son dos mujeres (María Eizaguirre y Eva Mora). Como también han sido femeninas las propuestas más virales, como la de Rigoberta Bandini, la de Tanxugueiras o la ganadora. Incluso la primera polémica del festival era protagonizada por una mujer, con la retirada de Luna Ki por no poder usar autotune. Cuestión de principios y coherencia artística.
Sin ir más lejos, también en el papel de presentadores los eurofans han convertido en un nuevo fenómeno a Inés Hernand, protagonista de Playz que daba el salto al «prime time» de La 1. Sus vestuarios y guiños «eurovisivos» han sido de lo más comentado en redes. Todo apunta a que Inés es una de las grandes apuestas de RTVE para el futuro. La televisión pública saca un balance muy positivo, incluso de las polémicas, y ha anunciado la creación de un programa musical con todos los candidatos.
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