Opinión

Marina Rivers carga contra el avance del odio en redes

La influencer y colaboradora de "Todo es mentira" analiza en Cuatro cómo los discursos radicales están calando en la juventud

Marina Rivers carga contra el avance del odio en redes
Marina Rivers carga contra el avance del odio en redesCuatro

En el plató de "Todo es mentira", Marina Rivers no se anduvo con rodeos. La influencer y creadora de contenido, conocida también por su paso por "MasterChef Celebrity", puso sobre la mesa un diagnóstico que inquieta: los discursos extremistas están calando entre los más jóvenes, y el problema no es menor. Su reflexión fue directa, sin adornos, y conectó con una realidad que se percibe cada vez más en redes y conversaciones cotidianas.

El debate, emitido el miércoles 6 de agosto en Cuatro, giraba en torno a si las nuevas generaciones están encontrando refugio en ideas políticas extremas ante el descrédito de las instituciones tradicionales. Rivers fue tajante al señalar que la desconfianza hacia la política convencional y la incertidumbre sobre el futuro están abonando el terreno para que este tipo de mensajes se expandan con rapidez. "Los jóvenes somos víctimas de esta ignorancia y de no ver hacia dónde llevan esos discursos", afirmó, señalando las redes sociales como un altavoz clave en su propagación.

La influencer también abordó un punto sensible: la precariedad juvenil. "La situación con la vivienda es muy complicada y el futuro se ve oscuro", apuntó. Ese panorama, según Rivers, alimenta la desafección política y puede empujar a parte de la juventud hacia opciones que recortan derechos. "Me preocupa que la izquierda no ponga un límite, porque si no la extrema derecha va a avanzar", expresó, advirtiendo del riesgo para los colectivos LGTBIQ+, las mujeres, los inmigrantes y cualquiera que se aleje de la norma que defienden estas corrientes.

Uno de los momentos más comentados de su intervención fue cuando señaló un cambio cultural peligroso: antes, reconoció, dar muestras de racismo u homofobia generaba rechazo social. Ahora, sin embargo, detecta que hay quien lo hace sin reparos, incluso con orgullo. "Está de moda odiar, no tener derechos humanos, avalar la homofobia y el racismo", lamentó. Su frase resonó como un retrato incómodo de lo que ella considera un retroceso en valores básicos.

Rivers no se limitó a describir el problema; también pidió una respuesta activa frente a estos discursos. Hizo hincapié en que no se trata solo de política, sino de convivencia y respeto, y que los mensajes de odio terminan erosionando la base misma de una sociedad democrática. Para ella, normalizar actitudes discriminatorias no es un fenómeno pasajero, sino un síntoma que puede tener consecuencias a largo plazo si no se frena a tiempo.

Con su intervención, Marina Rivers volvió a demostrar por qué se ha convertido en una voz escuchada dentro y fuera de la televisión. Su estilo, que mezcla franqueza y un punto de indignación bien medida, convierte su discurso en material de debate inmediato. En un momento donde las redes sociales marcan tendencia en lo bueno y en lo malo, su advertencia sobre la moda de odiar apunta directamente a uno de los retos sociales más urgentes.