Entrevista

Marina Rivers, entre farándula y Derecho: el nuevo rostro (sin filtro) de la generación Z

LA RAZÓN habla en exclusiva con la influencer madrileña sobre trabajo, futuro y proyectos

La influencer Marina Rivers
La influencer Marina RiversGtres

Marina Rivers (Madrid, 2002) es una de las influencers más conocidas de nuestro país. La joven acumula millones de seguidores en redes sociales y sus cifras la avalan como una de las figuras españolas más seguidas y admiradas de la actualidad. Más allá de su trabajo como creadora de contenido, Marina se ha hecho un hueco en la pequeña pantalla gracias a programas como «MasterChef Celebrity», talent culinario en el que quedó en segunda posición en la última edición, o «Todo es mentira», en el que ha colaborado con Risto Mejide, siempre volviéndose viral en cada una de sus intervenciones por su discurso. Ahora, la influencer se acaba de estrenar como presentadora de «Warrior Games», un nuevo programa de Mediaset, y es una de las invitadas del podcast «Una caña con...» de Mahou.

Itziar Miranda, Raúl Gómez y Marina Rivers en 'MasterChef Celebrity'
Itziar Miranda, Raúl Gómez y Marina Rivers en 'MasterChef Celebrity'RTVE

A sus 22 años, se ha ganado el cariño de la audiencia, más allá de la generación Z, y se ha convertido en el ejemplo de lo que es ser una buena creadora de contenido. A pesar de la fama y el éxito, la madrileña ha compaginado su trabajo en redes con sus estudios de doble grado de Derecho y Economía en la Universidad Rey Juan Carlos y tiene las ideas muy claras. «No me tomaría una caña con alguien que no respetara los derechos humanos, la libertad de las personas... No tengo nada que hablar con ellos», dice a LA RAZÓN.

Rivers comenzó su andadura en redes en 2020, antes de la pandemia. «Hacía vídeos en clase para internet y hacía un poco el tonto, eran un poco cutres, aunque yo creo que esa siempre ha sido mi esencia. Soy un poco cutre y muy natural, y creo que ahí es donde reside mi éxito», explica.

Dos millones de seguidores

La madrileña acumula más de dos millones de seguidores en Instagram y casi ocho millones en TikTok. Siendo una de las jóvenes favoritas para las marcas, acaba de lanzar una Fanta personalizada con su cara. Cinco años después de sus inicios, su popularidad continúa subiendo como la espuma. «Nunca me ha impuesto la fama. Me ponen los retos y todo lo que me proponen. Siempre digo que sí. Me parecía muy divertido meterme en este mundo, que es una cosa totalmente diferente a lo que quiero hacer con mi vida y ejercer de abogada. Hacerme la barbie influencer siempre me ha parecido divertido. Tampoco pensé que iba llegar a este punto».

Marina Rivers en los Best Content Creators 2024
Marina Rivers en los Best Content Creators 2024Gtres

Considerada como una de las voces más críticas de la generación Z, Marina Rivers es consciente de la responsabilidad que tiene como influencer. «Sí creo que las creadoras de contenido tenemos cierta responsabilidad, sobre todo con no decir cosas que vulneren los derechos humanos y hay gente que, si no puede tener un teléfono, que se lo quiten. Aún así, somos chavales jóvenes y no puedes pedir peras al olmo. Las responsabilidades hay que pedírselas a los órganos gubernamentales, periodistas, medios de comunicación... Yo abogo mucho por la reflexión, todos tenemos sesgo de opinión y yo no puedo ser cien por cien objetiva. Aun así, tenemos responsabilidad de lanzar buenos mensajes. Yo intento que la gente estudie, que se forme... Pero tampoco le puedes pedir responsabilidades que no les corresponden», señala Marina.

Ejercer de abogada, su meta

Para ella, las redes son un trabajo que compagina con su formación y su meta es montar un bufete de abogados y ejercer su carrera, aunque reconoce que le da miedo la «huella digital». «Me asusta sentirme juzgada en un futuro como profesional por haber sido influencer y creo que se me puede menospreciar. El Derecho es un mundo conservador y yo tengo una huella digital importante. Me da miedo que vaya a un juicio y no me tomen en serio. Aún así, tengo la confianza de que la gente tiene memoria a corto plazo y que dentro de cinco años nadie se acordará de mi», confiesa a este periódico.

Feliz por su trabajo en redes, reconoce que este mundo también tiene cosas que no le gustan. «Creo que hay personas que no deberían tener plataforma. Lo bueno de las redes es que son democráticas y ahora todo el mundo puede opinar y tener una voz. Aún así, hay gente con discursos muy extremistas, muy sesgados, y creo que las redes deberían capar mensajes políticos, fake news y mensajes de odio».

Si por algo destaca Rivers es por haberse ganado la etiqueta de «buena influencer» para un considerable sector. Aunque discrepa un poco con este término. «Creo que calificarme como buena influencer significa que hay otras que son malas y es complicado. Es muy importante que el contenido no tenga que ser siempre divulgativo, también nos tenemos que entretener. Yo creo que ser un buen influencer significa entretener a tu público y mandar un buen mensaje. El mundo de la farándula es divertidísimo, pero la formación y el saber nunca ocupa lugar. ¿Se puede uno dedicar a la farándula y estudiar? Pues aquí estoy yo para decirte que sí. Por mi parte, intento motivar a la gente a formarse. Ser ignorante es una condena horrenda», concluye.