Estreno

«A muerte»: El amor está muy vivo

►Atresplayer estrena hoy la aclamada serie de Dani de la Orden protagonizada por Verónica Echegui y Joan Amargós

A muerte
La pareja formada por Marta y Raúl es perfectamente imperfectaAtresplayer

La pregunta «¿qué harías si supieras que te quedan días de vida?» ya tiene respuesta. O al menos una de ellas con el humor más fino posible hilado en una serie española. Hablamos de «A muerte», que acaba de aterrizar en atresplayer, la plataforma de Atresmedia. Esta ficción creada por Dani de la Orden, Natalia Durán y Oriol Capel, con Verónica Echegui y Joan Amargós, es un soplo de aire fresco, pero envuelto en malas noticias. Sin duda se convertirá en una de las series del año, por adictiva y por «bonica».

Raúl (Amargós), apocado, tímido y soso, trabaja en el departamento de recursos humanos de un concesionario tras haber terminado la carrera de Derecho pero no ejerce. Mantiene una relación sentimental desde hace cuatro años con Georgina (Paula Malia), una controladora y desquiciada novia con la que ya prácticamente no les une nada. Si su vida ya era bastante insulsa y desgraciada, una visita al médico le depara la peor noticia de su vida: tiene un angiosarcoma, cáncer de corazón, y tiene que ser operado de urgencia. A su lado siempre está su compañero de piso, Edu (Cristian Valencia), también su mejor amigo y que es el protagonista de los mejores momentos de la serie. Edu es impulsivo, con tendencia a la verborrea y un trabajazo del actor que lo interpreta. La otra mitad de esta loca naranja es Marta (Echegui), joven alocada que pasa el tiempo de sobra que le deja su trabajo como creativa publicitaria en salir de fiesta y ligar con hombres menores que ella; vive sin preocupaciones. También recibe una dura noticia, que en su caso es haberse quedado embarazada. A su lado, que no en su ayuda, aparece su hermana, Ana, que luce en manos de Clàudia Melo por todo lo alto. La duda existencial de Marta la arrastra a ella y a todo a su alrededor, porque tiene dudas sobre si tenerlo. La escena en la «baby shower» en casa de su hermana es una maravilla del humor.

Pues hete aquí que el azar y un pasado en común acaba juntándoles en un tanatorio. La atracción, al menos en una dirección, es instantánea. Las dudas se multiplican porque Raúl debería estar pensando en cosas más importantes y solo piensa si debería llamar a Marta. Completan el reparto, entre otros, Roger Coma, Joan Solé, Julián Villagrán, David Bagés y David Menéndez. La serie, una producción de Atresmedia en colaboración con Sábado Películas, DeAPlaneta y Playtime Movies, es divertida pese a la inminente posible muerte de uno de sus protagonistas.

Cómplices

La química entre Marta y Raúl hace magia con las situaciones nacidas de equívocos. Además, esas sinergias también ocurren entre personajes, como Raúl y Ana o Edu y cualquier otro, incluido su novio. También especial interés a la exnovia que nunca se va; ella misma se lo cocina y se lo come. Las reuniones familiares son otra explosión de lo absurdo, con cierta melancolía e ironía. Los diálogos son frescos e ingeniosos y algunos de los monólogos son auténticas declaraciones de intenciones. También controla Dani de la Orden los momentos más sensibles, con Marta y Raúl abriéndose de par en par para no sentirse tan solos. La naturalidad de actores y personajes consigue auténticas atmósferas cómplices entre ellos y con el espectador.

Los dos temas principales, la maternidad y la muerte, también son objeto de escarnio. La escena frente al parque infantil, o las de las radiaciones en el hospital, son solo muestras de que se puede hacer y se hace comedia muy buena en España. Todo el elenco tiene espacio para lucirse. Todas las escenas, sin excepción, son una joya, con compañeros de trabajo que no pueden tener una reunión normal, jefes de compañías que mienten y engañan. La irreverencia es y tiene que ser una constante para que series como «A muerte» funcionen. Pasan por nuestras vidas con ligereza, pero dejando un interesante poso. Detrás de las peleas de embarazadas, discursos de funeral y cameos como los de Berto Romero y Leticia Dolera, hay lecciones sobre hacerse mayor, el sentido de la vida y la amistad, o el concepto de familia. La realidad de «A muerte» es tal, incluyendo médicos sin empatía ni corazón, que rasga por auténtica. No hay buenos ni malos, sino seres humanos rotos en pedazos intentando pegar lo que queda de su dignidad y que se van cruzando. Tampoco es empalagosa, ni complaciente, pero perfecta para ver del tirón.