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Entrevista

Oriol Tarrasón: «Gabriel viene a menear un poquito a la familia; no en son de paz»

El intérprete se incorpora hoy a «Sueños de libertad» como el sobrino de Damián

Oriol Tarrasón es Gabriel de la Reina Atresmedia

Oriol Tarrasón (Barcelona, 1969) es un actor al que podemos ver constantemente en el teatro y en muchas series, incluso diarias como «Seis hermanas» y «Amar es para siempre». Hoy se incorpora al éxito de Atresmedia, «Sueños de libertad», como Gabriel de la Reina, sobrino de Damián, que va a ser relevante en las próximas tramas de la serie y estará marcado por sus intenciones oscuras.

¿Cómo se tomó la noticia?

Con ilusión, que además es el motor de nuestro oficio. Cuando me llamaron para esto fue bestial. Estuve viendo algún capítulo de la serie, porque no suelo mirar la tele. Entonces, estaba viendo un capítulo y de golpe dije ‘oye, esto está muy bien’. Con muchas ganas.

¿Qué nos puede contar de Gabriel?

Es un personaje que viene fresco para el espectador, que viene de fuera con muchas ganas. Un personaje que tiene un futuro y un pasado un poco traumático, y va y viene para intentar resolver esos conflictos pasados que son familiares. Es el sobrino de Damián de la Reina y al mismo tiempo es un personaje muy ambicioso, muy convencido de lo que quiere y está dispuesto a lo que sea para conseguir sus objetivos. No viene en son de paz (ríe). Viene a menear un poquito a su familia.

Viene con una buena mochila emocional.

Nadie en la familia le conoce. Ni siquiera sabían de su existencia, porque nadie sabía que Damián había tenido un hermano, ni siquiera su familia. Él ha escondido toda la vida que lo tiene. Y ese es un poco el dolor que tiene Gabriel; este trauma del pasado. Él vendrá a reclamar su espacio dentro de la familia De la Reina.

¿Es distinto llegar de primeras a una serie, que incorporarse más tarde?

Tiene lo bueno y lo malo. Cuando empiezas una serie que todo el mundo empieza la misma serie, pues todos estamos en lo mismo. Hay un nerviosismo y unas expectativas compartidas y en este caso es más personal, porque tú cuando llegas a un proyecto que ya está consolidado, eres tú el que tiene estas expectativas. Ellos siguen haciendo sus personajes. El espectador ya tiene sus relaciones establecidas con ellos. Es más sencillo. Entonces la expectativa y el respeto a mí me motiva. No me da miedo y me seduce. La situación es como un reto. Y tampoco te sientes solo porque el equipo te apoya.

Es la primera vez que hará de malo.

No suelo hacer de malo. Llevo tiempo diciendo y pensando que quiero hacer otro tipo de personajes, por investigar otras cosas. Cuando me propusieron esto, luego de aquí a la primera reunión, porque cuando haces un casting te dan muy poca información, cuando ya llegué y hablé con el director de la serie y me dijo el personaje es malísimo’, me estimuló bastante. La posibilidad de estar interpretando un tipo de prototipo de personaje que nunca he interpretado. Hace que el trabajo sea un poco diferente. No es lo mismo ser un personaje al que le pasan cosas. Suele ser el protagonista el que tiene una estabilidad y le pasan cosas y va a tener que superar esos conflictos. Va a ser el tío que está generando conflictos a los demás.

Dice la nota de prensa que tiene una mirada asesina.

Sonríe como un villano, con su sonrisa maléfica y cosas así que son como para que como actor sepas un poco más de lo malo que es. Es una persona muy ambiciosa. A mí no me gustaría tenerlo como amigo porque nunca sabría qué está tramando.

¿Qué es lo que más va a sorprender al público?

Va a sorprender al público porque va a poner en riesgo cosas que nunca se han cuestionado. En esta serie hay pequeñas intrigas, a ver quién se queda con la fábrica entre los Merino, los De la Reina. Pero él está dispuesto a eso y a mucho más, porque viene a reclamar su sitio en la familia, pero la familia no solo es la casa, también es la propietaria de la empresa. Entonces él va a intentar buscar eso. Y está dispuesto a pelearse con cualquier personaje y va a hacer que muchos personajes lleguen a encontrarse en situaciones que nunca se habrían imaginado. Y todo por culpa mía.

¿Qué le parece el momento actual de la televisión y de las series diarias?

Está bien que reciban el respeto que se merece este tipo de producción, porque tú puedes hacer una serie supuestamente semanal, prime time..., pero tener 1 millón y pico de espectadores cada día, eso creo que hay que valorarlo. No se hace por casualidad: hay muchísimo trabajo detrás de los técnicos, actores, guionistas que escriben guiones sin parar, conductores, cocineros. Una serie que estás grabando no tres meses, sino uno año, dos, tres años. «Amar es para siempre», que estuvo 18 años. Además, las plataformas han cambiado un poco la manera de funcionar que había antes. Está bien que las cadenas mantengan a su público fiel y no lo dejen todo al azar. Está muy bien porque estos son proyectos levantados desde aquí para que los vea la gente de aquí, y funcionan. Es increíble y una parte de este oficio muy importante.