Estreno

Prime Video vuelve a montar «El circo de los muchachos»

►La plataforma acaba de estrenar esta serie documental sobre un escándalo que sacudió España hace 20 años

El padre Silva, rodeado de algunos de sus muchachos, celebra una misa en Sudamérica
El padre Silva, rodeado de algunos de sus muchachos, celebra una misa en SudaméricaPrime Video

Más de 30.000 menores en 10 sedes repartidas por el mundo formaron parte de la Ciudad de los Muchachos, una suerte de república para jóvenes que fundó en 1956 el entonces seminarista Jesús Silva Méndez, jesuita español nacido en Orense en 1933. La historia detrás de este proyecto, llena de alegrías, espectáculos circenses, decepciones, luchas políticas, traiciones y acusaciones, es la que ahora ha querido contar Prime Video a través de la serie documental de cinco episodios «El circo de los muchachos», que acaba de estrenar la plataforma de Amazon, guionizada por Pepe Coira, Juan Alba y Elías León Siminiani.

El padre Silva, para todos «el cura», regresó a su Orense natal en unas vacaciones de 1956 desde el seminario de Comillas y quedó transformado por una película llamada «Forja de hombres», donde un religioso interpretado por Spencer Tracy, aseguraba que quería «una ciudad para chicos donde puedan vivir y se les eduque. Una ciudad para chicos gobernada por chicos. ¿No merece la pena intentarse?». Calificado por su familia y amigos como un «rockero de Dios» por sus ideas y su manera de vestir, y montado en su moto, juntó a 15 jóvenes con los que pretendía cambiar el mundo. En 1957, eran ya 60 los jóvenes que se quisieron unir a su utopía y tres años más tarde, ya hubo que montar una escuela gratuita en casa de su madre dada la afluencia de muchachos. La idea era tan revolucionaria que parecía mentira que pasase desapercibida una república en pleno franquismo. Pero no se quedó ahí, y en 1963 se compra una finca en Ourense por medio millón de pesetas y con 200.000 metros cuadrados. El lugar elegido, Benposta. Allí se instalarían a lo largo de los años miles de chicos atraídos por su capacidad autárquica de gestionarse, con su aduana, su bar, su dinero y su banco, y su famosa escuela de circo, hogar de conocidos artistas como Taconillo o Naranjita.

El documental hace un exhaustivo seguimiento de la historia de la ciudad y del circo de los muchachos, que visitó 80 países de los cinco continentes, incluyendo Estados Unidos, Australia o Tokio. Además, cada capítulo va desgranando la influencia y opinión de muchos de los que pasaron por allí y fueron elegidos como administradores, directores de la escuela o alcaldes, el cargo más alto del proyecto, sin contar con el padre Silva. Pero el proyecto no estaba preparado para lo que iba a suceder: los viajes del circo separó irremediablemente a los que se iban por el mundo de los que se quedaban en Galicia. Muchos empresarios de la época no pagaron y el espectáculo se quedó sin dinero, comida y alojamiento y tuvo que ser ayudado a lo largo de los años por diversos mecenas, como Bernard de Fallois, para poder volver a España. Además, la muerte del Caudillo no le sentó nada bien a esta utopía, como tampoco una superestructura de mando escondida de la supuesta democracia que se ejercía en Benposta. La ciudad de los muchachos fue salpicada por injerencias y enfrentamientos políticos entre el padre Silva y el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga, y se amontonaron las denuncias sobre maltrato físico y psíquico sobre los muchachos, que fueron abandonando la utopía hasta dejar de existir. La muerte del padre Silva dio al traste con todo.

Ahora, sólo quedan lonas viejas, trapecios rotos e historias vacías, algunas de ellas sobre las que se pasa de puntillas, como la posible homofobia y los abusos sexuales. Prime ha encendido de nuevo el espectáculo más grande del mundo, pero se ha dejado alguna bombilla fundida en el homenaje.