Curiosidad

El ‘Grand Prix’ aclara su código de colores: por qué un equipo es azul y otro amarillo

Tras años de dudas, el mítico programa del ente público revela el criterio que define qué pueblo viste de cara color en cada edición

El autor que se esconde detrás de la icónica canción del Grand Prix: Un repaso a su legado musical
El autor que se esconde detrás de la icónica canción del Grand Prix: Un repaso a su legado musicalRTVE

Pocas cosas en la vida ocurren por casualidad, y los colores de 'El Grand Prix del Verano' no son una excepción. Si alguna vez te has preguntado por qué un pueblo compite vestido de azul y el otro de amarillo, el mítico concurso "del abuelo y del niño" ha resuelto el misterio. Lo ha hecho a través de su perfil oficial en X (antes Twitter), después de que el usuario @CIJ37 desvelara la clave durante la emisión del primer programa de esta nueva edición, presentada por Ramón García y con la participación de Lalachus y Ángela Fernández como copresentadoras.

Aunque muchos espectadores no lo perciben, la elección de colores en 'El Grand Prix del Verano' sigue un patrón geográfico que se ha mantenido casi inalterado a lo largo del tiempo. En la mayoría de las ediciones, el equipo azul representa al pueblo más cercano al mar, mientras que el amarillo corresponde al que se encuentra más alejado de la costa. Este código cromático, lejos de ser una simple decisión estética, aporta coherencia al formato. En los inicios del programa (cuando todavía se llamaba Cuando calienta el sol y participaban cuatro pueblos por gala con camisetas de distintos colores) no existía un criterio fijo. Sin embargo, al reducirse a dos equipos y adoptar su nombre actual, esta lógica costera-interior se fue consolidando. Solo en las ediciones de 2008 y 2009 se rompió con la norma no escrita, invirtiendo los colores sin que hasta ahora se haya ofrecido una explicación oficial.

90 minuti en el 'Grand Prix' son molto longo

La primera gala de 'El Grand Prix del verano 2025' arrancó por todo lo alto con dos pueblos entregados: Celanova, de Ourense, y Huelma, de Jaén. Los primeros contaron con el desparpajo y energía de Anabel Alonso como madrina, mientras que los segundos estuvieron guiados por la elegancia y ocurrencias de Palomo Spain, padrino de excepción. Desde el inicio, ambos equipos demostraron ganas de victoria y buen humor en pruebas como “Misión zanahoria”, “Champions Prix”, “La patata caliente” o “Los super-bolos”. El espectáculo fue creciendo en intensidad con retos clásicos como “Los troncos locos”, “Los pingüinos matemáticos”, “Baloncesto en pañales” o “Los bolos”. Huelma fue tomando ventaja prueba tras prueba, destacando especialmente en las de contacto físico y estrategia, aunque no sin polémica. En la prueba de “Los super cocineros”, su capitán no dudó en responder mal a propósito para reducir tiempo y conseguir más ingredientes. A falta de una única prueba, el marcador mostraba 22 puntos para Huelma y 17 para Celanova. A pesar de los nervios y alguna descoordinación, como el enterrador de Huelma que apenas entendía las instrucciones de Palomo, los andaluces llegaban como favoritos al desenlace. Pero aún quedaba lo más impredecible: el diccionario. Como manda la tradición del programa, la prueba final fue decisiva. El diccionario, esa ruleta emocional de palabras imposibles, podía dar o quitar tres puntos por turno, y en esta ocasión lo cambió todo. Celanova arrancaba con mal pie al decir que “ruca” no figuraba en la RAE y perder tres puntos. Huelma también se equivocaba al afirmar que “fos” sí existía, lo que dejaba todo como al principio. Luego vino el acierto gallego con “matahuevos”, palabra que no está registrada y les devolvía los tres puntos. Los andaluces, por su parte, erraban al pensar que “echacantos” era una invención, lo que les costaba otros tres puntos y los dejaba en 16, tres por debajo de sus rivales.

La tensión era máxima. Celanova se jugaba todo con “paranácula”, que creyeron existente y no lo era, perdiendo nuevamente tres puntos y dejando la puerta abierta a una remontada de Huelma. Pero el último intento de los jienenses, asegurando que “escomendrijo” no aparece en la RAE, acabó también en error. Así, Celanova ganó con 16 puntos frente a los 13 de Huelma, remontando en el último suspiro una gala que siempre habían tenido cuesta arriba. Una victoria agridulce, pues con esas puntuaciones bajas, su pase a semifinales aún está en el aire.