
Estreno
El viaje de amor paterno al corazón de la guerra
Filmin estrena hoy "La búsqueda de Adam", un thriller dentro del conflicto sirio, de la creadora Charlotte Sieling ("Homeland")

El sacrificio de un padre alcanza extremos difíciles de entender. Christian acaba de llegar a Siria en pleno conflicto armado, con la intención de recuperar a su hijo Adam, desaparecido hace tiempo y que parece haberse apuntado a la guerra santa en uno de los bandos. Esa es la atrapante historia que nos cuenta la película danesa «La búsqueda de Adam» («Vejen hjem»), creada por Charlotte Sieling, responsable de otras producciones como «Borgen» y «Homeland», que estrena hoy Filmin. Una auténtica joya que radiografía el conflicto en un thriller con la paternidad de fondo.
Primero conocemos al padre, Christian (Nikolaj Lie Kaas), que llega a la frontera siria en 2014 todavía sin que conozcamos la razón de su viaje, pero que ya refleja en su cara un largo trayecto. El danés se encuentra en tierra de conflictos, pagando por cada viaje, y recala en un asentamiento de reclutamiento del Ejército Libre Sirio. En su haber, varios cientos de dólares escondidos para moverse con cierta libertad o sobornar a los guerrilleros, y una foto por la que sabemos que busca a alguien. Se hace pasar por Abuissa, un danés convertido al islam que quiere convertirse en un muyahidín (combatiente por la yihad o guerra santa). Su sacrificio es total y absoluto y tiene un conocimiento muy detallado de la cultura y la lengua, aunque no deja de levantar sospechas. Gracias a su encuentro con Bilal (Harki Bhambra), encuentra una pista que le pone en ruta para poder hablar por primera vez con Adam. Pero nada sale como estaba previsto. También conocemos por primera vez a Anne (Trine Dyrholm), pero solo su voz. La madre del chico demuestra que hay un problema que no tiene fácil solución.
Belleza y horror
La búsqueda de Adam requerirá de más esfuerzos por parte de su padre, que acabará internándose en la dura realidad del conflicto y acaba en primera línea de batalla viendo a sus compañeros caer muertos a su lado. El horror de la guerra en primerísimo primer plano. La capacidad de Sieling para entremezclar las dinámicas familiares, el rechazo, la reconciliación y los límites de la responsabilidad y el afecto entre padres, hijos y parejas, son el sello característico de la exactriz. Además de coordinar un elenco lleno de varias nacionalidades y con diálogos en danés, árabe e inglés, y rodada en Jordania. Los paisajes también cuentan la historia del conflicto sirio, sus habitantes, sus casas destruidas y su lucha por la causa.
La historia nace de la mano del periodista y cineasta danés Nagieb Khaja, que conectó con la directora para ofrecerle todo el material documental en zonas de conflicto, con numerosos viajes a Siria en 2014, con testimonios y experiencias reales que se han reflejado en la serie. Los incautos protagonistas de esta historia acaban incorporándose al Isis, territorio especialmente hostil si eres extranjero que nuestro protagonista define como «este infierno», mientras que un personaje se lo aclara: «A lo que tú llamas este infierno son muchos países y cada uno con una historia y una cultura milenarias». Mentir, robar, orar en la mezquita y matar serán solo algunas de las cosas que Christian tendrá que hacer para ponerse enfrente de un hijo que confiesa encontrar su sitio en el campo de batalla del islam: «Aquí la muerte vale más que la vida», le dice. Todo el esfuerzo, el sacrificio y el amor volcados por el padre se vuelven contra él y no concibe no poder conseguir llevar a su hijo de vuelta a casa, aunque el verdadero problema igual no lo tiene el chico y Christian lo sabe, ya que estuvo muchos años fuera de casa.
La cinta es un despliegue de belleza y horror al mismo tiempo. La pérdida, la esperanza, la amistad y la resiliencia humana puesta a prueba ante las adversidades son algunos de los temas que arrojan luz y sombras sobre el espectador. Si Lie Kaas hizo el esfuerzo para aprender árabe para la película, y las condiciones del rodaje, en las que hay que saber con quién hablar, como se muestra en la cinta, dan una idea de la envergadura e importancia del largometraje, que además se convierte en una fugaz, pero veraz radiografía de un ambiente desolado por la guerra civil y la desesperación de los civiles atrapados en el conflicto. Algunos detalles lo acercan tanto a la realidad que resulta cruda y sinsentido, como lo es cualquier conflicto bélico. Es humanidad en estado puro y en su más retorcida versión, con interpretaciones excelentes.
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