El impacto "tomasista", otro triunfo para Granada

El paseíllo de ayer del torero madrileño José Tomás en la Feria del Corpus de la capital andaluza ha supuesto una vez más toda una revolución económica y social para la ciudad. Así, la expectación para volver a ver al diestro pisar un ruedo español –desde su última tarde en Huelva allá por 2012– provocó que la retirada de abonos para el ciclo taurino creciera el primer día un 400% con respecto a 2013 hasta alcanzar los 6.000 vendidos en esas 24 horas.

Finalmente, de las 11.900 localidades que posee La Monumental de Frascuelo, más de 8.000 se vendieron como abonos y el resto del papel se agotó pocas horas después de abrir las taquillas. Los granadinos recordarán las largas colas de gente alrededor de la plaza para hacerse con las escasas 3.000 disponibles.

En Internet, las entradas para ver a José Tomás junto a Finito de Córdoba y Rafael Cerro con toros de Victoriano del Río y Domingo Hernández (ambos de procedencia Juan Pedro Domecq), llegaron a los 1.000 euros, vía reventa. Luego, horas antes del paseíllo, en las puertas de la plaza de toros se pidieron hasta 2.500 euros por una barrera en el tendido de sombra.

Además del beneficio lógico del empresario del coso, Simón Casas, hosteleros y comerciantes locales han hecho su particular agosto con dos meses de antelación y han visto incrementadas las reservas en habitaciones y restaurantes. Hasta el pequeño y coqueto aeropuerto de Granada aumentó su actividad habitual al aterrizar numerosos vuelos chárter, algunos de ellos procedentes de otros países como México y Francia, con objetivo de presenciar en directo en la ciudad nazarí la vuelta a los ruedos del mito de Galapagar.