Feria de Valencia
El Juli, triunfador de las corridas de Fallas
El mal tiempo condicionó la lidia y exigió un esfuerzo añadido a los toreros.
El Juli, que cortó cuatro orejas con un toreo épico; Morante, lírico, y El Soro, heroico, fueron los más destacados de una feria de Fallas a la que no acompañó el buen tiempo.
Sobre todo de mitad de ciclo en adelante, los protagonistas del abono fueron el frío y el fuerte viento, cuando no la lluvia, que condicionaron la lidia y exigieron un esfuerzo añadido a los toreros, como fue el caso de El Juli en la tarde del 19 de marzo.
El diestro madrileño se impuso a los elementos ante un lote manejable de Domingo Hernández, haciendo valer su autoridad lidiadora y su pundonor hasta conseguir las cuatro orejas que, sumadas a la que también paseó cinco días antes, le convirtieron en el triunfador numérico del ciclo valenciano.
Esa misma tarde fue Miguel Ángel Perera, con dos orejas en el esportón, quien acompañó a El Juli en la salida a hombros por la puerta grande, a la que llegó por una vía similar y calentando al público, sobre todo en el toreo de cercanías.
Sebastián Castella fue otro de los triunfadores estadísticos de las Fallas, por el corte de tres apéndices muy generosos a un excelente lote de toros de Núñez del Cuvillo, a uno de los cuales, «Juncoso» de nombre, se le dio la vuelta al ruedo en el arrastre.
Pero el toreo de más calidad de cuantos se vieron este año en el coso valenciano llevó la firma de Morante de la Puebla, al que el presidente premió únicamente con una rácana oreja por una faena redonda a un ejemplar de Victoriano del Río.
El deleite, el temple y el ajuste del artista sevillano marcaron las diferencias en un abono en el que también destacaron el aplomo y la sinceridad de Jiménez Fortes, que también paseó un trofeo en la primera corrida, y el sincero clasicismo de Diego Urdiales y Finito de Córdoba, aunque se fueran de vacío.
Capítulo aparte en el balance de la feria merece la hazaña personal que llevó a cabo el veterano diestro valenciano Vicente Ruiz «El Soro», que fue el único diestro que logró poner el cartel de «No hay billetes» en las taquillas de la plaza, la tarde del 16 de marzo.
Con 52 años y dos décadas después de que una gravísima lesión de rodilla le adentrara en un calvario de 37 operaciones y serios problemas personales, El Soro cumplió su reto de volver a torear. Mermado de facultades y con un implante biónico, consiguió hacer vibrar de nuevo a sus paisanos derrochando entrega en todos los tercios.
El popular torero de Foyos resultó también lesionado, con fractura de vértebras lumbares, al ser arrollado cuando estoqueaba a su segundo toro, pero se mantuvo en el ruedo hasta salir a hombros de los entusiastas que atestiguaron esta gran historia de superación personal.
Las cuatro orejas restantes de las diecisiete que cortaron los diestros del escalafón mayor fueron para Alejandro Talavante, que también luchó contra el viento, El Fandi, Daniel Luque y Enrique Ponce.
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