Toros

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Fernando Robleño: «Escolar y yo formamos un tándem; me ha abierto el camino»

El diestro madrileño resultó lesionado el pasado domingo en Rion des Landes (Francia)

Fernando Robleño: «Escolar y yo formamos un tándem; me ha abierto el camino»
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Sin embargo, con la mente fría, vuelve a visualizar los triunfos en Céret (Francia), la importante tarde en Madrid y las meritorias faenas de la temporada. Tardes crudas, con apenas maduras, en las que Robleño demuestra que, con las duras, también se puede.

- La última del año y llega el percance.

- Sí, fue un accidente. Algunas veces los toros nos pegan volteretas en el campo y no ocurre nada y en otras te hacen daño. Sucedió al final de faena, cuando estaba a punto de coger la espada y, en un descuido, el toro me volteó con tal mala suerte que se me salió el hombro del sitio.

- Ello le impidió continuar con la lidia.

- Cuando me levanté sentí un dolor muy fuerte y no podía coger la muleta con la derecha. Con la izquierda, sí; pero al volver con la diestra me fue imposible. Al llegar a la enfermería, cuando me desabrocharon, me dio pánico ver dónde estaba el hueso. Me trasladaron en ambulancia a Dax, me realizaron un estudio radiológico y me colocaron el hombro en su sitio. Los médicos me aseguraron que no debía tener peores consecuencias que las vividas.

- Pero las vividas fueron con unos dolores horribles.

- Fueron momentos desagradables, pero esta profesión es así. Realmente, desde el golpe hasta que me colocaron el hombro en su sitio, sufrí dolores muy fuertes porque tienes un hueso fuera y ves las estrellas; pero luego, hizo un ruido tremendo cuando me lo encajaron y dentro del dolor, sentí un alivio tremendo cuando ya había pasado. Lo que sí me dejó mal sabor de boca fue no poder rematar la tarde, porque era un evento bonito.

- En el viaje de vuelta, hicieron una parada.

- Me quedé con un sabor agridulce, estaba preocupado y le pedí al mozo de espadas que parásemos en un área de servicio, lloviendo, para hacer volar la muleta un poco y quedarme tranquilo. Además, me ha estado viendo mi médico particular y me ha dicho que estaba todo fenomenal y que he tenido suerte porque en la zona del hombro hay muchos ligamentos y, afortunadamente, no se han visto afectados. La recuperación, con el día a día, el toreo de salón y aguantando el peso de los trastos volveré a la normalidad. Esto me va a parar ocho o diez días, pues había empezado duros entrenamientos en el campo, pero mi cerebro sigue «on» y no lo voy a poner en «off». La gente espera de uno lo mejor y uno debe superarse.

- Una muestra de superación, ¿puede haber sido la temporada presente?

- Según iba transcurriendo el año, creía que no estaba teniendo repercusión lo que hacía, pero una vez pasada la temporada he notado que sí ha tenido resonancia a nivel de aficionados y profesionales. De nuevo se está hablando de Fernando Robleño, así que la temporada ha sido importante.

- Importante como lo es Francia en su carrera.

- A Francia le debo muchísimo. Me ha abierto las puertas de sus ferias y es impresionante. Cuando cruzo la frontera, al menos en mi caso, es una sensación muy bonita el ver cómo me reciben, cómo me quieren, sentir que me tienen como algo suyo. Todo ello es un premio al esfuerzo que vengo haciendo desde hace tantos años.

- Este año Céret ha sido, entre otras cosas, un golpe en la mesa por su parte.

- Ese día fue importante, difícil, duro. Pero todo ello también lo tuvo de bonito y de grande. El resultado fue fantástico y resultó ser un día especial e histórico para todos, para los que estuvieron y para los que no. Es un orgullo haber conseguido un día así.

- Tanto en Céret, Madrid como en otras plazas, el nombre de Fernando Robleño va ligado al de José Escolar.

- A don José le he matado casi toda la camada y sí que es cierto que hay un tándem entre los dos. Cuando se nombra a José Escolar, aparece Fernando Robleño y viceversa. Pero es bonito. Son toros que me han hecho pasar mucho miedo, disgustos, pero son las corridas que me están abriendo el camino.

- ¿Por circunstancias o por decisión propia?

- La vida te encamina hacia algo y hay ganaderías hacia las que uno siente más predilección, plazas en las que estás más a gusto. José Escolar, desde la primera vez que la toreé, he tenido triunfos importantes. Años atrás he triunfado con esta ganadería y ese fue uno de los motivos de mi encerrona en Céret. Sólo tengo palabras de agradecimiento a la ganadería. Si no fuera por este hierro, Fernando Robleño seguiría estando todos los días entrenando solo y nadie se acordaría de él.

- ¿Se van a acordar de usted en 2013?

- El año próximo puede ser importante, pero también duro y complicado. Voy a tener ocasión de estar en sitios importantes, me imagino que con el mismo tipo de ganaderías, pero creo que va a ser un año bonito. Tendré oportunidades de mostrar quién soy. Para 2013 tengo un buen presentimiento y lo quiero preparar al 100%.

- Con las mismas ganaderías.

- De momento, sí. Cuando toreo de salón, imagino un toro bueno, un toro bravo para mí; pero la mayoría de las tardes no puedo torear así. Si nos referimos a encastes, tengo predilección por la entrega y el fondo del encaste Núñez, por cómo va de menos a más el encaste Atanasio-Lisardo; pero bueno, por ahora me imagino que es en el mismo sitio de la temporada pasada donde me van a querer encajar. Ahí es donde me quiere ver el aficionado y ahí es donde me va a tener. Me tengo que preparar para eso.

- Independientemente de las ganaderías, la temporada que viene estará a su lado Raúl Galindo.

- El cambio ha sido un gran paso. Raúl Galindo es el apoderado que yo concibo como ideal. Un representante independiente, que luche por los intereses de su torero, a pesar de lo dura que es la independencia. Tengo ilusión con él y él conmigo. Sabe cuál es mi momento, mi dimensión y estoy convencido de que él me va a exprimir todo lo bueno que tengo.

- ¿Ha hablado con él de alguna encerrona como la de Céret?

- En Francia me lo están pidiendo, pero cuando me anuncié sabía adónde iba y sufrí mucho los meses previos. He sido el único que ha matado seis toros de José Escolar e igual dentro de unos años me pasa la locura por la cabeza y lo vuelvo a hacer. Ahora mismo, no.

- ¿Cuál es la planificación de la temporada?

- Todo se está moviendo, están en conversaciones. Lo que sí me gustaría es rivalizar con compañeros cercanos, hacer algún mano a mano que llamara la atención del aficionado. Por otra parte, me gustaría estar más en España, me merezco estar ahí, otra cosa es que lo vean así y que se interesen. Tengo fe en Castellón, en Valencia, Sevilla, Madrid no cabe duda, Pamplona... En todas estas ferias hay corridas toristas y tengo la ilusión de poder hacer el paseíllo en todas estas plazas.