Gonzalo Caballero, operado por segunda vez y en la UCI

El diestro Gonzalo Caballero había brindado el toro, el segundo de la tarde en la Monumental de Las Ventas, al cirujano jefe de la plaza y el destino quiso que al entrar a matar resultara herido de mucha gravedad. Fue una de esas cornadas que se ven enseguida por la urgencia, el dolor y la sangre. El propio torero se tapaba la herida en cuanto el toro le soltó. Un boquete le había dejado abierto en el tercio superior del muslo de la pierna izquierda. Una barbaridad de cornada que apuntaría horas después el parte médico con dos trayectorias: una de 30 centímetros hacia arriba que produce destrozos en el músculo sartorio y otra de 25 que secciona la vena femoral. Y de ahí todas las preocupaciones.

Ya fue larga la intervención llevada a cabo por Padrós en la propia enfermería de la plaza, bajo anestesia general y un pronóstico muy grave, y al finalizar fue trasladado al hospital de Madrid San Francisco de Asís.

Allí, ya en el hospital, al torero madrileño le esperaba una segunda operación que ha durado más de tres horas en la que se le han revisado las dos trayectorias de la cornada y se la han llevado a cabo una reconstrucción de los vasos sanguíneos por donde ha arrasado el pitón del toro. El centro de preocupación de esta intervención era sin lugar a dudas la vena femoral y el nervio ciático.

El diestro, trasladado a la UCI, donde ha pasado la noche y se prevé que pasé unos días, aguardá las primeras 48 horas que en estos casos son decisivas.