Santa Ana

Javier Jiménez, triunfo y argumentos para la alternativa

El sevillano salda con ocho orejas y un rabo su encerrona en Espartinas

Natural de Javier Jiménez durante su encerrona de ayer en Espartinas
Natural de Javier Jiménez durante su encerrona de ayer en Espartinaslarazon

La tarde de ayer en la sevillana Espartinas no terminó de romper en cuanto a faenas rotundas de Javier Jiménez, pero sí hubo mucha disposición y oficio en el novillero, que no encontró el utrero idóneo para culminar su encerrona como colofón a la temporada 2013. Su animosidad fue suficiente para mostrar que está preparado y con la lección aprendida de sobra para dar el salto al escalafón superior.

Estuvo muy a gusto con el primero de la tarde, utrero de Santa Ana con nobleza y que se dejó torear. El de Espartinas desenfundó quietud, temple y relajación para labrar los momentos más lucidos de la tarde. Primero en tandas sobre la diestra y luego en el toreo al natural. A partir de ahí, el resto de sus oponentes sacaron más complicaciones, por lo que el novillero local tuvo que usar recursos y disposición. El segundo animal, con buen son en la muleta, se apagó pronto. Pese a ello, brotaron tandas estimables por la derecha y tampoco faltó el toreo en cercanías que conectó pronto con los tendidos. Dominó la brusquedad del tercero para estar por encima de este animal, aunque luego fallase con los aceros.

El cuarto tuvo un compartamiento irregular en sus embestidas. Animoso Jiménez en el trasteo, que después de una buena estocada, fue premiado con las dos orejas. El quinto se acobardó pronto en tablas y allí le plantó cara el diestro para robarle los muletazos justos que su oponente tenía. Luego, no anduvo fino con la espada. El sexto soseó en sus embestidas y se defendió con la cara por las nubes. De nuevo, las ganas y el valor de Javier Jiménez sirvieron para justificarse notablemente. Así, cayeron dos orejas después de otras tantas volteretas sin consecuencias. A este novillo incluso lo banderilleó con más voluntad que acierto.

Buscó la faena rotunda con una bala más y solicitó el sobrero, pues aún había facultades para ampliar la encerrona. Estuvo firme y seguro con otro utrero que no terminó de romper al que dejó una estocada entera para conquistar, al fin, los máximos trofeos. Jiménez remontó así una tarde importante para su futuro. Ofreció todos los argumentos -oficio, variedad, entrega y buen toreo- para dar el paso del doctorado.

En la plaza de toros de Espartinas (Sevilla), se lidiaron utreros de Espartaco, el 7º como sobrero de regalo, Santa Ana (1º) y Benjumea (2º y 5º), bien presentados. El mejor, el 1º, manejables, el resto, aunque sin terminar de romper. Javier Jiménez, como único espada, oreja, oreja, saludos tras aviso, dos orejas, saludos, dos orejas y dos orejas y rabo en el de regalo. Tres cuartos de entrada.