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Juli indulta y Morante corta dos orejas en otra tarde triunfalista en Jerez

“El Juli” y Morante salen a hombros a la finalización de la corrida en la plaza de toros de Jerez / Efe
“El Juli” y Morante salen a hombros a la finalización de la corrida en la plaza de toros de Jerez / Efelarazon

Ficha del festejo:

Toros de Domingo Hernández, desiguales de presentación, pobres de pitones y de condición mansa. El sexto, con el hierro de Garcigrande, de nombre "Corchero", número 42 y de 460 kilos, fue indultado.

Francisco Rivera Ordóñez, silencio y silencio.

Morante de la Puebla, ovación y dos orejas.

El Juli, oreja tras aviso, y dos tejas y rabo simbólicas.

La plaza registró tres cuartos de entrada en tarde agradable con algo de viento.

El Juli indultó hoy un toro de Garcigrande en el fin de feria en Jerez de la Frontera (Cádiz), un episodio que, sumado a las dos generosas orejas de Morante al cuarto, ratificaron una tarde más de triunfalismo desbordado. El que no aprovechó el fervor desmedido fue Paquirri.

Fue en el último de la tarde y de la feria. Una auténtica "sardina". Fino de cabos y con el vientre tan recogido como los pitones. En los medios el Juli lo toreó en redondo, templando los muletazos en un palmo de terreno. Con quietud. La izquierda la manejó con suavidad y en algunos compases con regusto. Sin duda, la faena más contundente de la tarde.

Pero la cosa se fue calentando y el Juli comenzó a dar circulares a un toro que los asumía pero sin codicia. Y es que fue simplemente un toro noblote. Sin embargo, los pocos conocimientos de un público festivalero dieron paso un indulto inaudito.

Mañana, nadie se acordará del asunto y el ganadero ya sabrá que hará con el torete, si servirá para seguir gastando pienso o para echarlo a las vacas. Caerá la noche y nadie sabrá qué sucedió.

En su primero, el Juli estuvo dispuesto desde que salió con el capote con verónicas de recibo y un quite por chicuelinas marca de la casa. Brindó al público y comenzó con la diestra. Después alternó ambos pitones con muletazos algo acelerados. En la cuarta serie a la derecha bajo más la mano y el toro le aguantó. Fue una faena meritoria. Pinchó y colocó una trasera tendida.

El primero de Morante fue un manso sin fijeza que arreaba para los adentros y al que no se auguraban buenos presagios. Sin embargo. Morante siempre sorprende y, a pesar de ir muy a contra estilo, instrumentó una faena aseada que gustó al bonancible público jerezano. Tres pinchazos y una entera. Ovación al canto.

Continuó Morante intentándolo en el quinto. No hubo quite ni verónicas de alhelí. Se peleó con el toro para abrir faena con recortes y trincherazos. Una tanda por la izquierda muy aplaudida con algún enganchón y otra con la derecha deslavazada. Una pelea más que una faena maciza. En cualquier caso, el público estuvo con él y cortó las dos orejas tras una estocada entera.

Paquirri reaparecía en Jerez y, a decir verdad, mejor no haberlo hecho. Comenzó con verónicas y una media baja. Se llevó dos picotazos el toro y apretó en banderillas. La faena tuvo lugar al abrigo de las tablas, sin conjunción y con demasiadas precauciones.

El toro no quería comerse a nadie, y aún así, el madrileño sólo instrumentó muletazos sin alma. Mala tarjeta de presentación que rubricó con una caída desprendida.

El cuarto de la tarde manseaba mucho. Para colmo fue muy mal lidiado y banderilleado. Paquirri se salió a la segunda raya e instrumentó unas series llenas de enganchones, sin gracia. Muletazos que iban y venían sin sentido alguno. Una repartición sin brillos. Por no haber, no hubo ni música. La banda que más toca de España guardó un respetuoso silencio.