León, segunda escala de José Tomás

Apenas han pasado 72 horas desde la convulsión de emociones que agitó Granada en pleno Corpus, tres épicas orejas tres, y José Tomás encara esta tarde la segunda parada de su temporada española en León. Con una costilla fracturada y las secuelas de una paliza estremecedora, el madrileño escribirá una nueva página de su leyenda en el coso castellano, donde hará el paseíllo con Juan Mora e Iván Fandiño. Un cartel de enorme atractivo con reses de El Pilar y Garcigrande esperando en chiqueros.

El de Galapagar se echó a la carretera camino de León después de una dolorida noche en su hotel en Granada, pero cuya madrugada recibió en un hospital. Dos TAC, craneal y torácico, y una placa cervical para descartar lesiones de gravedad, para que todo quedara en una fractura de costilla, por fortuna, sin desviación ósea. En la ciudad castellano-leonesa ha velado armas estas 48 horas para llegar a tiempo al paseíllo de mañana.

Junto a él, en el patio de cuadrillas, dos toreros de gran atractivo para el aficionado. De un lado, el veterano Juan Mora. Sinónimo de pureza, su concepto de toreo clásico es un aval, una garantía de buen gusto. Un eslabón perdido, de otro tiempo, que los aficionados se resisten a dejar escapar como demostraron hace tres Otoños en Madrid con su rotunda salida a hombros.

Mientras, Iván Fandiño completa la terna para añadir algunas dosis extra de pimienta al cartel, si es que ya no las tenía. El de Orduña siempre ha reclamado, y refrendado en el ruedo, su sitio en los carteles de mayor fuste. Pide paso para asomar la cabeza en las combinaciones más rematadas junto a las figuras y, a buen seguro, que su presencia en uno de ellos es un aliciente extra para poner todavía más carne en el asador.