Francia

Oreja para la torería añeja de Frascuelo

El veterano diestro derramó toda su esencia taurina sobre el torista ruedo galo de Ceret

Frascuelo, en imagen de archivo
Frascuelo, en imagen de archivolarazon

A sus 66 años y con más de 40 de alternativa, Carlos Escolar «Frascuelo» ha dado una lección de torería esta tarde en Ceret, donde ha cortado este domingo la única oreja del festejo de tarde, tercero de feria, en la que se ha corrido un encierro de la divisa santacolomeña de Felipe Bartolomé.

Frascuelo tuvo una actuación muy torera ante el primero de la tarde. Derramó con su capote y muleta gotas profundas e intensas de arte torero. El madrileño, decano de los toreros, sufrió un susto durante la faena e incluso llegó el toro a perdonarle la vida, cuando, tras un traspiés, lo tuvo sobre la arena a su merced. De no haber fallado con la espada hubiese tocado pelo.

Ante el cuarto, que manseó en varas, el diestro madrileño estuvo inspiradísimo. Basó prácticamente toda su faena sobre el pitón izquierdo cuajando varias series de excelentes naturales, para terminar con el toro de más de media estocada tendida y descabello. Suficiente para cortarle una oreja.

Alberto Lamelas, que sustituía a David Mora, estuvo valentísimo. Se jugó su integridad física ante el manso y peligroso segundo, que le puso todo tipo de dificultades incluso a la hora de matar. Ante el quinto, que tuvo tanta nobleza como sosería en su embestida, lo aprovechó Lamelas. Lo toreó con temple por uno y por el otro pitón. Lo pasaportó de una estocada entera muy caída y cuatro descabellos.

Nada pudo hacer Esaú Fernández ante el tercero, un animal totalmente parado con el que tuvo que abreviar. Tampoco consiguió tomar vuelo la faena de Esaú Fernández ante el que cerró plaza, que terminó medio rajado, y lo pasaportó de un bajonazo.

En el coso de Ceret (Francia), tercera de feria, en la que se lidiaron toros de Felipe Bartolomé, bien presentados y de juego desigual. Frascuelo, saludos y oreja; Alberto Lamelas, saludos tras aviso y silencio tras dos avisos; y Esaú Fernández, silencio en ambos. Lleno en los tendidos.