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Serafín Marín: «Aquí sin sacrificio no hay recompensa»

El torero catalán ha cerrado su participación en la Feria de Otoño con toros de Adolfo Martín

Serafín Marín, el pasado 24 de agosto en Las Ventas
Serafín Marín, el pasado 24 de agosto en Las Ventaslarazon

El diestro Serafín Marín ha conseguido tras cortar una oreja el pasado 24 de agosto en Las Ventas una nueva oportunidad en la Feria de Otoño, recompensa que no ha visto reflejada en otras plazas. Con la ilusión intacta, el torero muestra su satisfacción por su paso ascendente por la primera plaza del mundo y espera cosechar en la temporada 2015 los frutos sembrados en la presente.

-Lidió dos toros de Bañuelos muy diferentes el 24 de agosto en Las Ventas.

-No tenía nada que ver uno con otro. El primer toro fue muy reservado, metiéndose por dentro, se paraba mucho... duro. Sin duda, el garbanzo negro de una corrida de toros bastante completa. El segundo toro se desplazó mucho por el lado izquierdo. Tuvo una gran transmisión y me

permitió lograr el triunfo con esa oreja tan deseada.

-Ha pasado una semana. ¿Ha cerrado nuevas fechas?

-De momento, como todo el mundo sabe, participo el 5 de octubre en la Feria de Otoño con toros de Adolfo Martín. De momento, eso es lo que tengo.

-Al menos la empresa de Madrid se acuerda de los toreros que triunfan en Las Ventas.

-La verdad es que sí. Corté la oreja y cuando mi apoderado entró en el despacho le comentaron que pronto volverían a hablar. Y así ha sido. Apenas había pasado una semana y ya me habían contratado para la Feria de Otoño. Estoy contento, porque no tenía nada y ahora volvemos a entrenar. Seguimos con la misma ilusión o más. Hay que intentar que este paso ascendente que estoy teniendo en Madrid crezca después de la corrida de Adolfo.

-Entrenar y mantener esa ilusión sin tener firmada ninguna tarde debe ser muy duro.

-Es muy complicado. Yo en el mes de enero me fui a entrenar al campo como si fuera para hacer 60 corridas de toros y no sabía si iba a vestirme de luces o no. La afición, el creer en uno mismo y, sobre todo, el querer ser. Aquí sabemos que sin sacrificio no hay recompensa, de

modo que yo me sacrifico mucho y la recompensa va llegando, despacito pero llegando ahora mismo.

-Sorprende mucho que un torero con tres tardes en Madrid apenas toree en el resto de España y Francia. ¿Qué pasa?

-No sé qué pasa. Va a ser mi quinta corrida en la temporada, tres de ellas en Madrid. Hasta ahora he toreado dos en Madrid y dos en pueblos. El circuito está un poquito complicado, mal, y de momento, para no ir dignamente a los sitios es mejor quedarse en casa. Ahora mismo es lo que hacemos. Madrid, afortunadamente, cuando uno triunfa repite y a ver si tengo un triunfo mayor para intentar meter la cabeza en otros sitios. También, tal y como está la temporada, que se suelen cerrar las fechas con tanta antelación, es difícil entrar.

-Entonces, con los triunfos que uno pueda obtener verá sus frutos reflejados el año siguiente.

-Esperemos, porque para eso estamos luchando. Dependerá mucho de mi actuación en la Feria de Otoño, pero mi paso por Madrid este año ha sido muy bueno, ascendente. Con la de Miura, me salió un toro al que pude dar diez o doce muletazos con la mano izquierda que, para mí, han sido de los lances que más despacio he dado en toda mi carrera en Madrid. Y fue con un toro de Miura. Luego está la oreja en la tarde de Bañuelos. Mucha gente dice que podría haber sido una faena de dos. Una buena oreja. De momento la repercusión ha sido Madrid de nuevo y esperemos para el año que viene esa repercusión que todos queremos.