Toros
Un nuevo capítulo de la tauromaquia de Ponce
Ginés Marín abrió la Puerta Grande
Segundo festejo de la Feria de la Virgen del Mar de Almería. Toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de juego y presentación.
Segundo festejo de la Feria de la Virgen del Mar de Almería. Toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de juego y presentación. Los mejores, 1.º y 4.º; 2.º, 3.º y 6.º, faltos de fuerza, aunque nobles. 5.ª bis de el Torreón, sin clase y con las fuerzas justas. Enrique Ponce, 2 orejas y 2 orejas, tras aviso. El Fandi, saludos y saludos, tras aviso. Ginés Marín, oreja y oreja. Dos tercios de entrada. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Iván Fandiño, antes de iniciar el festejo.
El valenciano caligrafió en Almería otro brillante capítulo de su tauromaquia. Málaga, Ciudad Real, Almería... Al noble primero le hizo un toreo reposado y técnico junto al tercio, allí donde el toro de Juan Pedro Domecq embestía mejor. Faena inteligente y medida que concluye con una serie de hermosos naturales y adornos. Mató de media en buen sitio y cortó dos orejas. En el cuarto apasionó a los tendidos con una tauromaquia excelsa y virtuosa en el fondo y en la forma con el toreo fundamental como referente. Estocada y otras dos orejas. Pidió permiso para abandonar la plaza, al torear al día siguiente en Bilbao.
Ginés Marín, el joven torero extremeño, tiene un concepto muy artístico y estético del toreo y en Almería mostró algunos pasajes de calidad en series con ambas manos, si bien a las dos faenas les faltaron algo tan esencial como es la ligazón. Es un diestro al que hay que seguir con atención. Cortó sendas orejas y salió a hombros.
David Fandila, el Fandi, estuvo muy entregado toda la tarde en los tres tercios, aunque, por la falta de colaboración de sus dos oponentes, no hubo acoplamiento. Banderilleó con lucimiento. No estuvo acertado con la espada. Saludó desde el tercio en sus dos toros.
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